¿Para que viajar a Estados Unidos si está Canadá? No se necesita visa, hay gente amable, educada, preparada, ordenada y muy amigable. Pues así fue como viajamos a la hermosa ciudad de Victoria, capital de la provincia de Columbia Británica.
Llegando a Vancouver tomamos un autobús que nos llevó al puerto acuático, el cual está ubicado en una de las vertientes del río Fraser a unos cinco minutos del Aeropuerto Internacional. Ahí almorzamos mientras esperábamos para abordar un pequeño hidroplano, que nos llevó despegando desde el río hasta el puerto acuático, situado justo en el centro de Victoria.
Fue uno de los vuelos más bonitos que haya realizado, ya que se vuela a baja altura y se pueden apreciar las afueras de la ciudad de Vancouver, los grandes buques mercantes que están en la bahía, todas las islas que rodean la gran isla de Vancouver y las hermosas casas con sus bellos jardines rodeados de árboles verdes, acompañados de algunos naranjas, rojos y amarillos que marcaban el inicio del otoño.
El acuatizaje, justo en el centro de Victoria es impactante. El hidroplano fue rápidamente estacionado en un pequeño muelle, donde nos entregaron nuestro equipaje para inmediatamente dirigirnos al hotel.
Eran las tres de la tarde de Victoria, cuando ya estábamos hospedados en el Oswego Hotel, recientemente inaugurado como primer hotel boutique de Victoria, y que está ubicado a dos cuadras del “Inner Harbour”, en la bella zona residencial de James Bay. Disfrutamos de la belleza y comodidad de este lugar, para después salir al atardecer a recorrer la ciudad a pie como se nos recomendó hacer.
Victoria se ubica en la parte sur de Vancouver, en la costa oeste de Canadá; tiene 520 kilómetros de largo y un área total de 3,175,000 hectáreas. La ciudad se caracteriza por su variedad en flores que decoran el paisaje, colgando de paredes e incluso faroles y postes; es un ciudad cosmopolita pero con atmósfera similar a la de un pequeño pueblo. Los edificios históricos están en muy buen estado y constante remodelación, pocas son las construcciones que tienen más de siete pisos. Fue fundada en 1843 por la “Hudson´s Bay Fur Trading Company”, empresa que se dedicaba al comercio de pieles; con el tiempo crecieron las industrias del mineral de cobre, maderera, pesca y agricultura y hoy en día las industrias principales son el turismo y gobierno. Hay una población de 74,125 habitantes en la municipalidad de Victoria.
Victoria es una bella ciudad, donde se combinan edificios antiguos con casas residenciales. Hay pocos edificios altos, destacan del paisaje urbano el edificio del Parlamento, donde se encuentra el gobierno de la provincia “Parlaiment Buildings” y el del “Fairmont Empress Hotel”, con ya cien años de existencia, ambos diseñados por el tristemente célebre arquitecto Francis Rattenbury, quien abandonó a su esposa por alguien más joven y fuera asesinado por el joven amante de su nueva mujer. El puerto con sus veleros, yates y pequeños botes encuadra la fachada de la ciudad. Por uno de sus costados se aprecia el imponente Océano Pacífico, con su inmenso azul… en la orilla del horizonte se aprecian las montañas continentales. Hoy en día Victoria es reconocida en Canadá como la ciudad más atlética del país. Treinta y seis por ciento de la población está activa, lo que dobla al promedio nacional; esto es debido a que el tamaño de la ciudad es ideal para no usar automóvil, todo queda muy cerca, así que sus habitantes normalmente caminan o usan la bicicleta para llegar a su destino, y más importante aún, sus condiciones geográficas y clima templado durante todo el año son ideales para la práctica el senderismo, atletismo, caminata, ciclismo, el kayak marino, el kitesurf, el deporte a vela, el golf e incluso el surf. Notablemente importante es el respeto que se tiene hacia el peatón y los ciclistas, ambos siempre tienen prioridad de paso ante los automóviles, autobuses y motocicletas.
Victoria provee al visitante con fáciles accesos a escenarios montañosos, antiguos bosques lluviosos, interminables senderos panorámicos y la bella y extensa costa marina. El municipio se puede caminar en seis horas, los hoteles ofrecen rutas previamente trazadas para caminar por los principales puntos de la ciudad, iniciando en el puerto interno “Inner Harbour”, pasando por caminos secretos, la zona de comercios, la zona de restaurantes, parques, la costa del Pacífico.
También es conocida como la capital del ciclismo en Canadá; dentro de la ciudad se estima que la bicicleta ocupa el 6.2% como el método transporte, el más alto en todo el país. En Ottawa por ejemplo representa el 2.1%, Vancouver 1.7% y Toronto 0.75%. En Victoria la mayoría de la gente vive a unos treinta minutos de distancia en bicicleta de su trabajo, el 20% de los traslados se lleva a cabo de este modo, por lo que a lo largo de la ciudad se pueden ver varios “racks” para bicicletas afuera de los edificios, e incluso en los autobuses públicos. La gente en Victoria es la que más usa cascos de bicicleta en el mundo (92%).
El primer día caminamos casi toda la ciudad, pudimos visitar las principales tiendas de ropa, donde destacó Smoking Lili´s, la tienda más pequeña del mundo, literalmente del tamaño de un closet y por otro lado Mountain Co Equipment, la tienda de deportes de aventura de mayor tamaño y con mejor surtido que he visto. Después de hacer nuestras respectivas compras, disfrutamos de una rica cena de comida tailandesa, una de las tantas gastronomías que ofrece la ciudad.
Al día siguiente correspondía hacer un recorrido en bicicleta, teníamos la opción de ir a hacer ciclismo de montaña a sólo veinte minutos de Victoria, pero la noche anterior había llovido mucho, por lo que preferimos hacer el recorrido por toda la costa de la ciudad, disfrutando del imponente paisaje que el Océano Pacífico nos brindó.
Pedaleamos inicialmente por el centro, para después adentrarnos en la zona residencial, pasar por hermosos parques cubiertos por grandes árboles con la hoja maple cubriendo el camino por donde andábamos. Fue un día ideal, el clima estaba templadito y soleado, lo que nos dejó disfrutar de los bellos colores del paisaje de otoño y los diversos azules del mar y las montañas en el horizonte. Claro, finalizamos el día cenando en un delicioso restaurante de comida española, en el bello centro de la ciudad.
Al día siguiente había que salir hacia las montañas, así que manejamos con rumbo norte para visitar Wild Play, un parque de aventura donde se pueden realizar diversas actividades. Antes de llegar hicimos una parada en el Golen Stream, un hermoso río donde se puede ver a cientos de salmones nadando cuesta arriba para desovar; desgraciadamente era algo temprano en la temporada y no pudimos ver salmones, pero sí disfrutar del bello paisaje que el bosque ofrecía. Llegando a Wild Play nos mostraron las diversas actividades, tienen un circuito de tirolesas clasificado por colores que van del verde, pasa por el azul y termina en negro, similar al de las pistas de esquí. La idea es que el visitante vaya tomando confianza poco a poco para disfrutar mejor el momento de lanzarse de una tirolesa que atraviesa un cañón y que pasa por encima de un río a más de setenta metros de altura. Hacia ya varios años que no saltaba en bungee, así que opté por ir directo al puente y realizar mi salto. Es un lugar imponente, pero su belleza ayuda a saltar; el cañón cerrado, tupido de árboles, y el río color verde oscuro son el marco perfecto. Así que me puse en la plataforma, tomé aire para llenarme de valor, vi hacía el horizonte y con algo de miedo y mucha decisión me lancé al vacío acompañando de un buen grito.
Esa era nuestra último día, así que volvimos a Victoria para hacer las compras de última hora y disfrutar de una suculenta cena china, que casualmente nos recomendó un mexicano que ya tenía diez y seis años de residencia en Victoria; lo curioso es que fue a la primer persona que le preguntamos y lo reconocimos por su acento. Por cierto, la comida oriental en Victoria es muy recomendable, ya que hay una gran población de chinos y al parecer cocinan muy similar a como lo hacen en su país.
Era nuestra última noche, así que regresamos a Oswego Hotel para disfrutar de una copita de vino, observando el paisaje de la ciudad desde nuestra habitación. Al día siguiente partíamos para Vancouver, en un vuelo en helicóptero, crónica que narraré en otra ocasipon.
Mi última recomendación: si te gusta viajar de aventura, Victoria y sus alrededores son lugares a los que no debes faltar; tienes opciones únicas en el mundo, desde avistamiento de orcas en el mar, osos en el bosque y salmones en los ríos, hasta andar en bicicleta por bosques interminables, surfear en aguas nórdicas, practicar kitesurf o windsurf dentro de la misma ciudad, hacer senderismo en antiguos bosques… todo relativamente cerca, además de que al final del día podrás disfrutar de la comodidad de un buen hotel y deliciosa comida que ofrece la diversa gastronomía de la ciudad.
Actualmente existen varios vuelos al día directos desde de México D.F. a Vancouver. Las dos principales líneas aéreas que ofrecen el servicio son Mexicana y Japan Air Lines; el vuelo dura 5 horas 40 minutos y se pasan bastante bien y rápido.
Luis Carrasco \”Cuaz\” es el editor de la Revista XTremo.
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