Problemas cardiovasculares, de diabetes, hipertensión y de las articulaciones son algunos de los efectos negativos que deja la obesidad, sobre todo cuando ésta se presenta desde la infancia.
Para evitar esto se debe aprender alimentar a los hijos desde que son bebés, para fomentar buenos hábitos desde edad temprana.
En primera instancia está el amamantar al bebé durante su primer año, siendo los primeros seis meses los que el infante consuma solamente leche materna, los siguientes seis meses una combinación de ésta con la alimentos que su pediatra sugiera, de esta forma se estará protegiendo al niño para que en la edad adulta no sea obeso ya que la leche materna es el único alimento que el bebé ingiere en las cantidades que necesita, señala el Jefe de la División de Salud Pública del IMSS Samuel Flores Huerta.
Destaca este médico que es preocupante el hecho de que el índice del seis por ciento en niños derechohabientes del IMSS entre dos años de edad haya sobrepeso y obesidad.
Si el niño consume lo necesario de acuerdo a su crecimiento no tendrá problemas de sobrepeso u obesidad. Hay que evitarle el consumo de alimentos “chatarra” e incluirle frutas y verduras, las cuales menciona Flores Huerta, aparecen en el 10 lugar de consumo por los mexicanos.
Conforme vaya creciendo se debe alimentar en forma balanceada incluyendo todos los grupos nutricionales. Otro hábito que es importante inculcar a los infantes es la práctica de algún ejercicio, ya que de esta forma se mantendrá saludable.
Hay variedad de actividades en las cuales puede participar y de esta forma irle tomando gusto, sobre todo haciéndolo un hábito.
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