Quizá alguna vez sentiste que tu desarrollo en una competencia no fue el mejor, que pudiste dar más, que algo no te permitió alcanzar la potencia o agilidad que tú sabes que podías dar, te sentiste limitado y tuviste que conformarte con decirte a ti mismo y escuchar de los demás: «No fue tú día». Sin embargo, la mayoría de las lesiones y deficiencias en el rendimiento de un deportista son provocadas por un mal o nulo calentamiento, por lo que su fuerza, resistencia, velocidad, equilibrio, coordinación y flexibilidad estarán apagadas o frías cuando la competencia inicie, y les llevará algún tiempo adaptarse al esfuerzo físico, el mismo tiempo que sus competidores ya ganaron antes de comenzar.
Cualquier persona medianamente instruida en la actividad deportiva daría o le han dado en su vida el siguiente consejo: «Nunca comiences a entrenar sin haber calentado», y es que, ya se sabe, no hay un error más grave, y con frecuencia repetido, que comenzar alguna actividad física intensa sin realizar previamente estiramientos y ejercicios de flexibilidad. Cuando menos, debe realizarse un calentamiento de 5 a 10 minutos para estimular mayor movilidad y flexibilidad en las articulaciones.
Algunos de los beneficios que aporta un correcto proceso de estiramiento son aumentar la temperatura corporal, el ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo; potenciar los reflejos y aumentar los impulsos nerviosos; y reducir la tensión muscular, ayudando así a prevenir en un gran porcentaje las lesiones que puedes sufrir.
El calentamiento puede entenderse como un pequeño entrenamiento antes del gran entrenamiento, que te sirva de preparación física y mental. A pesar de su corto tiempo de duración, no debe menospreciársele, pues es necesario planificarlo y llevarlo a cabo progresivamente: un comienzo lento, aumentar la intensidad, llegar a un punto pleno, bajar intensidad y vuelta a la calma. Subir y bajar. Al final, el organismo se encontrará caliente y lubricado, preparado para dar lo máximo en el entrenamiento. Un buen proceso de estiramiento consistiría en las siguientes cuatro etapas:
• Para potenciar tu equilibrio
Ésta deberá ser la primera parte del calentamiento, puedes comenzar con un ligero trote, alternando con elevaciones moderadas, trabajando todas las extremidades.
• Trabajar la resistencia
Debes realizar ejercicios aeróbicos sencillos y de corta duración. Bastarán algunas cuantas series, alternadas con descansos, para que puedas alcanzar una regulación de entre 140 y 160 pulsaciones por minuto. Recuerda comenzar con ejercicios globales y avanzar hacia brazos y piernas.
• Aumenta tu velocidad
Intensifica un poco tu trote, con pequeños springs para probar fortaleza. Prueba con algunos desplantes. Bastará con una sesión de dos minutos.
• Vuelta a la calma
Es imprescindible realizar respiraciones controladas y ligeros estiramientos para concluir el calentamiento. Este regreso a la calma te pondrá a punto para iniciar tu competencia o un entrenamiento más intenso.
Parecería ilógico pero, aunque son muchos los deportistas que están conscientes de la importancia que tiene realizar ejercicios de estiramiento regularmente, casi nadie lo hace, por ser aburridos y monótonos. De esta manera, se produce una gran contradicción: todos saben que es bueno estirar, pero prescinden de ello o lo hacen mal y de prisa, sin ningún tipo de rigor o concentración. No hace falta invertir media hora en estiramientos, bastan cinco minutos para poner a funcionar articulaciones, músculos y sentidos.
Si tú eres de aquellos que no toman tan en serio los estiramientos, sería interesante que probarás en algunas sesiones de entrenamiento, seguro que notarás un mejor rendimiento. NULL