Entre mayor actividad física, mayor será la sensación de euforia o bienestar, ya que el organismo segrega endorfinas, también conocidas, como las hormonas de la felicitad.
Quien practica un deporte aeróbico como correr, rara vez está de mal humor, al contrario, su rostro refleja serenidad, entusiasmo, vitalidad, satisfacción y alegría. Incluso, entre más intenso sea su entrenamiento, o mayor el número de kilómetros recorridos, se experimentará mayor placer o euforia, pues su organismo segregará mayor volumen de endorfinas, mejor conocidas como hormonas de la felicidad.
Sí, cuando una persona practica un deporte, a niveles de la glándula hipófisis ubicada en la base del cerebro, se estimula y genera endorfinas, las cuales actúan sobre los receptores que provocan efectos analgésicos y/o sedantes similares a los que genera la morfina.
Incluso, estudios recientes demuestran que estas hormonas son capaces de inhibir las fibras nerviosas que transmiten el dolor, además de actuar a nivel cerebral produciendo sensaciones intensas bien conocidas por los deportistas como es la disminución de ansiedad y la sensación de bienestar.
De ahí que se pueda explicar y entender porqué en los atletas de alto rendimiento como son los corredores de gran fondo, los triatletas y los competidores de un Ironman, sean capaces de reemplazar el dolor por sensaciones de bienestar, optimismo y júbilo que se prolongan aún después de terminar una prueba. ¿Y qué son las enforfinas?
Las endorfinas son pequeñas proteínas (péptidos) que actúan como vehículos hormonales en el organismo que transmiten información a través del cerebro. Dependiendo del neurotrasmisor que se genera, se inhiben o promueven ciertas reacciones que son vitales para el funcionamiento psíquico y físico del cuerpo.
Según investigaciones científicas, estas hormonas que se descubrieron en el año 1975, resultan básicas para crear sensaciones de placer en el cuerpo humano, de ahí que muchos las llamen “hormonas de la felicidad”.
Es común que las endorfinas se generen durante la actividad física, por lo que los deportistas cuentan con una buena dosis de ellas. Es más, un corredor genera hasta siete u ocho veces más endorfinas que en las personas sedentarias.
Aun cuando se puede estimular también la secreción de endorfinas con acupuntura, relaciones sexuales, el baile y la risa, hasta el momento no es fácil establecer cual de éstas actividades es el mejor estimulante. Sin embargo, se ha demostrado que los ejercicios de resistencia sí producen un aumento significativo de estas hormonas.
Sus efectos…
Después diversas investigaciones, científicos comprobaron que tras practicar una actividad física aeróbica, existe un claro y significativo aumento en las endorfinas. Y más aún, en pruebas aplicadas a corredores de largas distancias, se comprobó que éstos revierten los efectos analgésicos producidos por el ejercicio.
Además de disminuir el dolor, la secreción de endorfinas genera una sensación de euforia, regulación de apetito, antiestrés, liberación de hormonas sexuales y fortalecimiento del sistema inmunológico.
Y eso no es todo, hay investigadores que afirman que después iniciar comenzar a hacer ejercicio y cuando se alcanza un 76% de la frecuencia cardiaca máxima de entrenamiento, que es cuando habitualmente empieza a desaparecer las molestias presentes al inicio del entrenamiento.
Cabe señalar que esta liberación tiene como finalidad contrarrestar el dolor o la sensación de cansancio extremo que el ejercicio intenso y prolongado produce en el deportista. Por ello, entre más ejercicio se practica, más cantidad de endorfinas se liberarán en la sangre, menor será el dolor y mayor la sensación de euforia.
Causan adicción…
Los especialistas en neurología afirman que las endorfinas tienen un amplio abanico de influencias sobre el organismo. Pero, a un deportista le afectan en particular dos de sus efectos: la elevación del umbral del dolor (puesto que a mayor presencia de endorfinas, menos es la sensación de sufrimiento), y la respuesta al estrés.
Según Thaddeus Kostrubala, miembro de la Sociedad Americana de Psiquiatría, cuando un deportista corre de 8 a 10 kilómetros, puede experimentar una sensación agradable. La razón, dice el neurólogo, es porque en durante este tiempo se presenta un dominio momentáneo de la función del hemisferio derecho del cerebro (considerado como artística e intuitiva) sobre el izquierdo (la parte donde reside la lógica).
Así que cuando una persona practica un deporte de forma regular, se crea un componente adictivo que en el caso de las endorfinas puede generar dependencia. Quizá, por eso, cuando un atleta deja de hacer ejercicio debido a una lesión, se vuelve irritable, nervioso e inquieto por al descenso de los niveles de endorfinas en la sangre.
En el caso de los corredores o deportistas, será de suma importancia tomar en cuenta que las endorfinas generan en el organismo un efecto analgésico, por lo cual no deberá ignorar los avisos que le manda su cuerpo cuando se presenta el dolor o la inflamación.
¿De qué otras formas se pueden estimular las endorfinas?
Si bien el realizar una actividad física ayuda a la liberación de endorfinas, éstas pueden estimularse también de las siguientes formas:
Realizando actividades placenteras.
Tomando café, pues a los pocos minutos de tomar esta sustancia, el nivel de endorfinas se incrementa.
Mediante el sexo orgásmico.
Riendo diariamente.
Con acupuntura, relajación, yoga y tai chi.
Con caricias, besos y abrazos.
Estando en contacto con la naturaleza.
Con masajes o música melódica.
A través de técnicas de visualización en las cuales se evoquen momentos felices.