Nunca he ido a un gimnasio, pero según me cuentan, mientras uno hace ejercicio puede escuchar música o ver TV (mientras de reojo se mira a una que otra mujer sudada). Eso me parece muy bien, pero mejor me parece la idea de usar la energía producida por los usuarios de las bicicleta estáticas para alimentar los equipos de sonidos y pantallas de TV del lugar. Eso es exactamente lo que están haciendo en el Total Body Turnaround, un gimnasio en Seattle, Estados Unidos, que siguiendo el ejemplo impuesto por otro local de ese tipo en Honk Kong, usa la energía generada por los usuarios de las bicicletas para cargar las baterías, que a su vez surten de electricidad a los sistemas de música y reproductores de DVD que están disponibles. Según Adam Boesel, dueño del gimnasio, la energía producida por las bicicletas incluso es más que suficiente para mantener encendida la iluminación del lugar, pero aún no sabe como transferirla a esta. Para el futuro, la idea es que el gimnasio sólo use energía solar y los pedaleos desenfrenados de los clientes.