Nunca es tarde para ejercitarse y mejorar nuestra salud, aún para quienes no lo han realizado. No importa si nunca has corrido o hecho ningún tipo de ejercicio. Después de los 45 sigues siendo una mujer joven y estás en un momento estupendo para empezar a disfrutar del deporte.
Aunque nunca hayas corrido antes, correr es doblemente beneficioso para ti, puesto que te ayuda a ganar años de vida y juventud en este momento tan importante y maravilloso de tu vida. Toma nota de estos beneficios ¡y corre!
De entrada, iniciarnos en el deporte pasados los 45 años nos favorece anímicamente más a nosotras que a los hombres. Un estudio publicado en el Journal of Strength and Conditioning Research apunta que las mujeres sedentarias de mediana edad sienten mayor bienestar, más relajación psicológica y menor fatiga tras su primera sesión de ejercicio que los hombres.
Correr te ayudará a mantener tu peso cuando llegue la menopausia o si ya has pasado ese proceso.
Los impactos que se producen durante la carrera la convierten en algo muy recomendable para mantener los niveles de densidad ósea y prevenir la osteoporosis.
Aumenta los niveles de colesterol HDL (“bueno”) y disminuye los niveles de colesterol LDL (“malo”), reviniendo los desequilibrios en los niveles de lípidos en sangre que aparecen frecuentemente asociados a los cambios hormonales de la menopausia.
Las actividades aeróbicas también benefician a tu cerebro. Mejoran la capacidad cognitiva y retrasan la pérdida de memoria asociada a la edad.
La actividad física facilita el equilibrio mental y ayuda a combatir depresiones, estrés y ansiedad, problemas asociados frecuentemente a los cambios de la menopausia.
En España, por ejemplo, un 35 % de las españolas pre y postmenopáusicas tienen problemas de sueño. Los motivos no se deben exclusivamente a las hormonas. Las responsabilidades y la “doble vida” dentro y fuera de casa también influyen. Correr facilita el descanso.
Un trote suave es la mejor crema antienvejecimiento. Facilita la eliminación de toxinas en el sudor y la orina y estimula la renovación celular, mejorando el aspecto de la piel. Por si fuera poco, mejora la autoestima, que es lo más importante a la hora de verte (y que te vean) guapa.
Correr mantiene y mejora la actividad sexual en cualquier momento de la vida, pero se nota especialmente en los momentos en que se “revolucionan” tus hormonas.
Trotar o correr puede ayudarte a llenar vacíos de la manera más saludable posible cuando tus hijos sean más independientes o en algunos momentos de cambio como la jubilación. Combate los síntomas de la Menopausia.
Aumenta tu ingesta de alimentos ricos en vitaminas E, C y B6; en calcio (almendras, nueces…) y en boro (fresas, tomates, manzana…). Es importante favorecer la eliminación de toxinas bebiendo agua o infusiones de plantas diuréticas (vara de oro) y depurativas (alcachofera). Echa mano de plantas ricas en isoflavonas, como la soja, que contiene genisteína, daidzeína y gliciteína, fitoestrógenos naturales que actúan en los mismos lugares y en la misma forma que los estrógenos.
El dong quai es otra fuente natural de fitoestrógenos al que se le atribuye la capacidad de regular la presencia hormonal. Tiene efectos analgésicos, antinflamatorios y antiespasmódicos, por lo que está indicado para problemas asociados a la menopausia como jaquecas, dolores de espalda y articulares, incluso sofocos y sudores nocturnos. Puede comprarse en herbolarios.
La onagra y la borraja contienen ácido linoleico y ácido gammalinoleico, dos ácidos grasos esenciales de la serie Omega 6, precursores de las prostaglandinas, moléculas reguladoras que intervienen como antiinflamatorias. Se comercializan en cápsulas en herbolarios.
Para tratar otros síntomas como dolores de cabeza, podemos tomar tanacetum pathernium, y como remineralizantes, cola de caballo, ortiga verde, alfalfa y espirulina.
Artículo tomado del sitio: www.runners.es