El martes 24 de octubre se celebra el Día de las Naciones Unidas (United Nations), día que marca el aniversario de la entrada en vigor de la “Carta de las Naciones Unidas” firmada por 51 países al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
Pero, ¿cómo y por qué se crearon las Naciones Unidas?
Cuando terminó la Primera Guerra Mundial, conocida también como la “Gran Guerra” (1914-1918), habían muerto más de 9 millones de soldados y 7 millones de civiles, una cifra enorme que aterraba a cualquiera (de hecho, ha sido el quinto conflicto más mortífero en la historia de la Humanidad).
En definitiva, nadie en el mundo quería que ocurriese otro conflicto bélico de tales magnitudes, por lo que se pensó en la posibilidad de crear un organismo que ayudara a mantener la paz en el mundo y a restablecer las relaciones entre todos los países. A principios de 1919 y por iniciativa del Presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, fue redactado el “Pacto de la Sociedad de las Naciones” basada en los principios de la cooperación internacional, el arbitraje de los conflictos y la seguridad colectiva. Y, después de seis meses de negociaciones, el 28 de junio de 1919 los países aliados firmaron el “Tratado de Versalles” con Alemania y las demás potencias derrotadas. Nace así la Sociedad de las Naciones, conocida también como la “Liga de las Naciones”.
Este organismo ayudó a resolver de manera pacífica algunos conflictos en el periodo inmediato a la posguerra, y tuvo su mayor apogeo entre 1924 y 1929. Sin embargo, tras la “Gran Depresión” de ese año la situación política empezó a deteriorarse de nuevo y volvimos caer en la Segunda Guerra Mundial que duraría de 1939 hasta 1945. Estando en plena guerra, el 1o, de enero de 1942, representantes de 26 naciones aprobaron la “Declaración de las Naciones Unidas” comprometiéndose a seguir luchando contra las Potencias del Eje hasta conseguir la paz. Fue la primera vez que se utilizó el nombre de “Naciones Unidas”, acuñado por el Presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt. Finalmente Alemania se rindió el 8 de mayo de 1945, mientras la guerra en el Pacífico entre Estados Unidos y Japón terminó con el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, y el emperador Hirohito firmó la rendición de Japón el 2 de septiembre. Un mes después, el 24 de octubre del 1945 y con la firma de la “Carta de Las Naciones Unidas” se fundan las Naciones Unidas (ONU). Al año siguiente, la Sociedad de las Naciones fue disuelta y, aunque no logró resolver todos los problemas como querían, ciertamente fue el antecedente de las Naciones Unidas.
El trabajo de las Naciones Unidas no fue fácil desde el principio. La Segunda Guerra Mundial dejó una crisis social y económica en Europa sin precedentes, 62 millones de muertos y más de 6 millones de casas destruidas. Las dos grandes potencias, Estados Unidos y Rusia se repartieron los territorios ocupados dividiendo al mundo en dos bloques: uno capitalista y otro socialista. Por su parte, los países europeos dejaron de ser potencias mundiales y perdieron sus colonias.
De las primeras 51 naciones, hoy en día son 193 los Estados miembros, todos países soberanos, más tres miembros en calidad de “observadores”: el Estado Ciudad del Vaticano, la Soberana Orden Militar de Malta y el Estado de Palestina. Otros estados independientes “de facto” como la República de China y Kosovo no son considerados aún miembros por ser territorios en disputa.
Su sede está en la ciudad de Nueva York, en donde los Estados miembros y otros organismos vinculados se reunen de manera periódica para deliberar y tomar decisiones sobre temas de importancia mundial. Una segunda sede se encuentra en Ginebra, Suiza.
Si mencionamos las preocupaciones capitales de la ONU serían: el control de armas, el desarme y la creación de ejércitos con niños soldados (más de los que nos imaginamos), el mantenimiento de la paz, los derechos humanos, así como la asistencia humanitaria en zonas de conflicto y desastres naturales.
Después de 72 años la ONU sigue en pie de lucha por la paz en el mundo. En ocasiones es criticada por no resolver los problemas que aquejan a tantas naciones, sin embargo, el organismo tratar de tomar las resoluciones más adecuadas para los diferentes conflictos, respetando siempre la soberanía de cada nación, pero muchas veces sus consejos y resoluciones no son aceptadas por todos los países miembros.
Un ejemplo cercano es el anuncio de Estados Unidos para salir de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization), no es la primera vez que lo hace, se ha retirado ya en otras ocasiones cuando no está de acuerdo con alguna resolución del organismo. El nuevo desacuerdo inició cuando en octubre del 2012 la UNESCO aprobó la adhesión de Palestina como miembro de pleno derecho, en contra de la opinión de EUA, quien una vez más decidió suspender sus contribuciones al organismo. Esto obligó a la UNESCO a retirar el voto estadounidense en 2014. En esta ocasión el problema es básicamente el mismo, las diferencias con el estado Palestino continúan y para confirmarlo Israel se sumó a la resolución de Washington. Irina Bukova, directora general de la Unesco, lamentó la decisión diciendo: “La universalidad es esencial para la misión de la Unesco y para construir la paz y la seguridad internacional frente al odio y la violencia, para la defensa y los derechos humanos y de la dignidad humana”.
No es fácil resolver los problemas de tantos países, con intereses y condiciones tan diferentes. Pero al menos es un espacio en donde se puede analizar, dialogar, opinar y buscar la mejor solución posible. Al menos han pasado 72 años y aunque se ha visto cerca, se ha podido evitar una Tercera Guerrra Mundial.
Por Claudia Plasencia para: www.asdeporte.com