Estoy segura que, como éstas, muchas otras preguntas pasan por nuestra mente en estos días. ¿Cuándo será la próxima carrera o triatlón? ¿Volverán a haber triatlones como eran antes? ¿Volveremos a correr maratones tan grandes como Boston, Berlín o Nueva York?
No somos los únicos con estas interrogantes, la semana pasada me encontré con dos artículos muy interesantes, el primero en donde el CEO de la Federación de Triatlón de Estados Unidos (USAT), Rocky Harris, y el CEO de IRONMAN, Andrew Messick, estudian cómo podrían volver a realizarse triatlones seguros cuando esto fuera posible y pensando que aún no existe un tratamiento o vacuna para el Covid-19. Qué medidas tendrían que implementar, cuántos atletas podrían participar, que tantos puntos habría que considerar para evitar nuevos brotes. Y un segundo artículo muy similar en donde diferentes organizadores de carreras y maratones en Estados Unidos analizan cómo podrían regresar a las carreras de ruta ante esta pandemia.
En ambos artículos lo primero que se destaca es que NO, aún no hay una respuesta definitiva sobre cuándo las competencias se reanudarán normalmente ni si los grandes eventos podrán realizarse más adelante, este año. Solo las autoridades de Salud Pública podrán determinar las fases a seguir y las restricciones en cada país. Una de las pautas federales en Estados Unidos, por ejemplo, es que para lograr pasar a la fase de apertura un estado tendrá que pasar 2 veces por un periodo de trayectoria descendente del número de contagios durante 14 días continuos. Lo cual, es muy difícil en este momento en donde, simplemente, los contagios siguen en aumento.
Ahora bien, tanto Harris como Messick confían en que, los triatletas y atletas en general, comprenden la situación actual. Y ambos CEOs quieren estar preparados para el mejor y el peor de los escenarios. En el mejor de los casos algunas competencias podrían realizarse a finales de julio y luego, poco a poco, a medida que se levantaran las restricciones podrían hacerse en diferentes regiones. ¿El peor escenario? Que ningún evento masivo pueda realizarse por el resto de este año.
¿Y cómo serían los triatlones?
No serán como eran antes, ni tampoco las carreras. La USAT está desarrollando una especie de guía para los directores de triatlones en donde se establecerán ciertas pautas acordes con las restricciones federales, estatales y locales de Salud Pública para la apertura gradual de los eventos. Tanto Ironman como la USAT coinciden en que las competencias en el futuro tendrán que ser pequeñas, de menos competidores, arranques tipo Rolling Start (como ya lo hacen los Ironman) pero con más separación entre triatletas, menos abastecimientos para evitar en lo posible los puntos de contacto de los atletas con voluntarios, juntas previas virtuales, registro de competidores más largo pensando en que solo podrán retirar sus paquetes grupos menores de atletas, etc.
Para Ironman, una competencia pos-Covid se reduce a 5 puntos:
– Educación: Asegurarse de que TODOS los involucrados en el evento: atletas, voluntarios y personal del comité organizador, conozcan TODAS las pautas del distanciamiento físico y las mejores prácticas a través de señalización y materiales educativos.
– Reducción de la cantidad de competidores: Tendrán que ser mucho más pequeños los eventos para poder ofrecer todas las medidas de seguridad que se requieran.
– Minimizar al máximo los puntos de contacto: entre atletas y voluntarios o personal del comité organizador.
– Atleta autosuficiente: Esto se refiere a que el triatleta traiga consigo todo lo que necesita, tanto de equipo como de abastecimiento, su propio alimento y bebida, de manera que se evite el contacto con más personas.
– Screening
Para tener una idea de cómo sería esto puedes ver el modelo matemático que desarrollo RunSignUp para el inicio de una competencia. Anticipan que, siguiendo las pautas del distanciamiento social, tomaría unos tres minutos la salida de 100 triatletas a través de un área de arranque mucho más grande.
Y, por último, IRONMAN está considerando la detección de atletas y voluntarios enfermos o posiblemente enfermos, probablemente a través de encuestas: ¿Te has sentido enfermo o normal? Quédate en casa.
Será suficiente?
“Necesitamos asegurarnos de poder convencer a las autoridades, comunidades, los atletas y los socios comerciales de que es un evento seguro”, dijo Messick. El gran desafío es que todavía hay muchísimas incógnitas sobre este virus: ¿cómo saber quién lo ha tenido?, ¿cómo se propaga exactamente y los anticuerpos que le impiden contraerlo nuevamente? Además, las reglas estatales, regionales y federales varían, incluso hasta algo tan simple como quien debe usar un cubre-bocas y dónde.
“Nuestra intuición es que será difícil tener carreras de más de 1,000 personas este año”, dijo Bickel de RunSignUp, hay personas trabajando en carreras mucho más pequeñas para el verano y esperan que se expanda a medida que se establezcan los protocolos.
Pero surgen muchas preguntas de logística:
– ¿Cómo se sentirán seguras las personas?
– ¿Vas a evaluar a espectadores y atletas cuando entren en un evento?
– ¿Qué tan caro será este proceso?
– ¿Quién será responsable si dices que una carrera es segura y luego ocurre un brote?
– En un momento en que el desempleo es tan alto y el gasto muy bajo, ¿las personas podrán pagar por competir?
Una línea de tiempo complicada
En el caso de las carreras y maratones los problemas son similares, las carreras reúnen muchas personas, muy juntas, y los grandes maratones, además, reúnen personas de muchas partes del mundo, algo impensable en estos momentos. New York Road Runners (NYRR) ha cancelado todos los eventos hasta finales de junio, pero la realidad es que tendrá que cancelar o posponer más. Leslie Billowitch, presidenta de Lehigh Valley Road Runners en Pensilvania, supone que las carreras del club en junio se cancelarán. Kathy Dalby, de Pacers Running, que realiza 60 carreras al año en el área de Washington, D.C., dice que se está concentrando en una carrera de agosto. Teschek, de Granite State, cree que su próxima carrera podría ser un cross-country en otoño.
Pero, ¿quién sabe realmente cuándo regresarán? Con respecto al Maratón de Nueva York, programado para el 1° de noviembre, y que este año, además, sería su 50° Aniversario, el portavoz de la NYRR, Chris Weiller, dice: “Es una situación tan cambiante que es difícil predecir hacia dónde irá. Por el momento, seguimos planeando la maratón”.
Dependerá también del tipo de carreras, maratones como Boston y Nueva York, en donde la salida es en un punto y la meta en otro, se acostumbra llevar en autobuses repletos de corredores a la línea de salida, eso no podría ser así.
Otro aspecto importante son los patrocinadores, la pandemia ha ocasionado un impacto económico que afecta a todos. Japan Running News informó desde marzo la cancelación de 2 maratones en Japón programados para octubre, y no fue solo por la preocupación de la transmisión del virus sino porque, sin patrocinios, no era posible realizarlos.
¿Cómo serán las carreras?
Steve Lastoe de NYRUNS, quien realiza 30 carreras en el área de la ciudad de Nueva York dice que la idea básica es crecer el espacio y el tiempo en los eventos.
Antes de la carrera y línea de salida
Habrá que permitir más tiempo y espacio para recoger los números en el registro. Considerar que las zonas de pre-arranque tendrán que ser mucho más amplias y el tiempo de salida sería enorme. En un experimento realizado por Popular Mechanics se calculó el espacio y tiempo que necesitaría el Maratón de Los Ángeles para la salida segura de 19,000 corredores. Si se considera que la avenida donde sale es de 4 carriles para automóviles y que se tendría que respetar la distancia de 1.80 m entre cada persona, el corral de salida se extendería por más de 6 kilómetros.
Popular Mechanics – Marathon Coronavirus Math
Y aún pensando en carreras mucho más pequeñas, si fueran 1,000 competidores e hicieras oleadas de arranque de 200 corredores, ¿dónde esperarían los 800 corredores restantes de manera segura, y por cuánto tiempo?
Durante la carrera
Suponiendo que puedes controlar la salida ordenada y segura de los competidores, ¿cómo controlar que mantengan una distancia segura mientras están compitiendo? Habría que hacer reglas para indicar cuándo puedes rebasar y a qué distancia podrías hacerlo. Y tendrían que estar prohibido, por supuesto, escupir, sonarse al aire y tantas otras manías que tienen los corredores en plena competencia.
¿Cómo serán los abastecimientos?
Tendrían que ser muy largos, 2 ó 3 veces más que lo normal, para evitar el hacinamiento de corredores en un mismo punto. Los voluntarios tendrían que estar totalmente cuidados con cubre-bocas, guantes y mucha atención en lo que están haciendo. Usar vasos sería poco higiénico, más seguras serían las botellas de plástico, pero entonces caemos en el problema de contaminación.
Después de la carrera y la recuperación
Las medallas quizá se enviarían por correo y habrían mesas con comida pre-empaquetada que cada quien tomaría y dejaría la zona de recuperación lo más pronto posible.
¡SÍ, regresaremos a competir!
Las competencias volverán. Es solo cuestión tiempo, de si volverán este otoño o hasta la próxima primavera, qué aspecto tendrán cuando lo hagan y qué compañías seguirán existiendo en ese momento. Algunos directores de carreras y marcas, lamentablemente, no van a lograr sobrevivir a esto, dijo Harris. Incluso IRONMAN, que es el mayor organizador de eventos masivos en el mundo (triatlones de larga distancia, carrera y ciclismo), está pasando por un momento muy difícil, dijo Messick. Aunque ambos son optimistas de que el deporte, en general, va a sobrevivir, y que los triatletas continuarán siendo triatletas en el futuro.
Así como los corredores apreciarán mucho más correr al aire libre cuando puedan hacerlo, que preferir la caminadora.
“Creo que los atletas tienen muchas ganas de competir”, dijo Messick. “Si somos capaces de dar los pasos correctos, los atletas serán las primeras personas en regresar”.
Por Claudia Plasencia para: www.asdeporte.com
Fuentes:
www.triathlete.com
www.runnersworld.com