Los dolores musculares pueden ser ocasionados por una gran variedad de actividades musculares. Entre las causas más frecuentes están:
-Movimientos en contra de la gravedad o impulsos hacia adelante como correr cuesta abajo, bajar barras con pesas y la fase de descenso al hacer abdominales o sentadillas.
-Movimientos que resisten fuerzas ejercidas por oponentes más fuertes, tales como el movimiento de pinza o abrazo en la lucha libre o el movimiento de bloqueo en el futbol.
Estos movimientos producen tensión ya que fuerza a los músculos involucrados a extenderse. Las acciones musculares necesarias para estos movimientos se conocen como acciones excéntricas o acciones negativas. Si bien todas las actividades conllevan acciones excéntricas, éstas destacan más en los movimientos de los deportes antes mencionados.
¿Qué causa el dolor?
Entre las explicaciones más comunes sobre las causas de los dolores musculares se incluyen la acumulación de ácido láctico, los espasmos musculares, o daños en el músculo. Se ha descartado a las dos primeras en gran parte como causas, pero la explicación del daño muscular tiene una sólida base científica.
Se ha descubierto que los movimientos que causan el dolor muscular producen un daño localizado en las membranas de la fibra muscular y a elementos contráctiles. Irritantes químicos, tales como la histamina, son liberados por los músculos dañados y pueden irritar los receptores de dolor en el músculo.
Este daño con frecuencia causa la inflamación del tejido muscular lo que ocasiona la suficiente presión para estimular los receptores del dolor. Se ha demostrado, sin embargo, que es común que una inflamación grave persista tiempo después de que el dolor muscular ha desaparecido. De este modo, los receptores de dolor se adaptan gradualmente a la inflamación o a otros factores presentes.
Cualesquiera que sean los mecanismos específicos, la opinión científica actual indica que el daño muscular es el culpable del dolor muscular.
Tratamiento del dolor muscular
Las recomendaciones típicas incluyen ejercicios de estiramiento, la aplicación tópica de bálsamos, cremas y/o hielo, la inmersión del músculo en agua caliente o darse un baño sauna. Cada uno de estos tratamientos proveen un alivio temporal, pero ninguno tiene eficacia a largo plazo. El uso de aspirinas y otros medicamentos anti-inflamatorios pueden proporcionar algún alivio, pero los estudios científicos sobre estos no han sido concluyentes.
Ya que no se ha encontrado un tratamiento efectivo que dé buenos resultados, los programas de entrenamiento deberán estar diseñados para reducir o prevenir este tipo de dolor. Disminución del dolor
Los atletas que padecen de dolor y músculos rígidos y adoloridos no podrán practicar ni desempeñarse a su máximo potencial. La razón de lo anterior es que se pierde fuerza al haber daño muscular. Por lo tanto, el nuevo programa de entrenamiento deberá aumentar de manera gradual y progresiva la intensidad y duración durante varias semanas con el fin de prevenir o reducir el dolor, la debilidad y las lesiones.
Más aun, la fase temprana del programa de entrenamiento deberá reducir al máximo los movimientos innecesarios que tengan componentes excéntricos o negativos como la carrera cuesta abajo y los saltos pliométricos. Al entrenar para carreras a campo traviesa y otras actividades en las que los movimientos excéntricos no se pueden evitar, los entrenadores tendrán que esperar más tiempo para que el músculo se recupere.
Un músculo adolorido es un músculo dañado y como en cualquier tejido dañado, se le debe dar tiempo para que se recupere; esto puede necesitar de días adicionales de entrenamiento ligero, después de un día de entrenamiento que causará un fuerte dolor muscular. Priscilla M. Clarkson, Ph. D.
Department of Exercise Science University of Massachusetts
GSSI