¿Ciencia, misticismo, engaño, magia? Son las interrogantes que alguna vez nos hemos hecho alrededor de la acupuntura, un método de medicina alternativa que ha ganado espacios en los últimos años.
Esta técnica trata sobre la inserción y manipulación de agujas en el cuerpo con el objetivo de restaurar la salud y el bienestar en el paciente. Los acupuntores también utilizan ampliamente esta técnica para el tratamiento del dolor.
El origen de la acupuntura se remonta a la China del periodo neolítico. La ciencia fue introducida en Europa por los Jesuitas del siglo XVII pero la sociedad de la época miraba con escepticismo los nuevos métodos de curación. Hasta el siglo XIX no hay referencias acerca del empleo de la acupuntura en la historia médica de Occidente.
La tradición oriental apunta que en el cuerpo humano existe energía que fluye a lo largo de catorce canales invisibles, llamados meridianos, relacionados con los principales elementos y funciones del organismo y que conectan la piel con los órganos.
Según la tradición china, en las personas sanas, los dos principios básicos, el ying y el yang, coexisten en equilibrio armónico, con cierto predominio de uno sobre otro dependiendo de la hora del día. Cuando este equilibrio se rompe aparece la enfermedad. Las agujas, de oro, plata o acero, se insertan en la piel a lo largo de los meridianos. De acuerdo a la dolencia será el punto de aplicación.
El empleo terapéutico es múltiple, pero hay que tener claro que la acupuntura no puede sustituir, en la mayoría de los casos, a la ciencia médica. A nadie se le ocurriría tratar una apendicitis o colecistitis agudas con acupuntura, pero hay otras afecciones, como la ciática, la cefalea, la sinusitis o dolores musculares, en las que se obtienen buenos resultados. También actúa positivamente en las enfermedades alérgicas, en disfunciones endocrinas y en el síndrome premenstrual.
Respecto a los riesgos de la acupuntura, hay que señalar que son mínimos. Cuando ocurren, están asociados a una mala práctica por manipulación incorrecta de las agujas que pueden lesionar nervios, tendones o músculos. El contagio de enfermedades es nulo cuando se utilizan agujas desechables. No obstante, no se recomienda que pacientes con marcapasos y mujeres embarazadas se sometan a tratamientos acupunturales. Existen diferentes tipos de acupuntura, como la japonesa, la coreana y la china clásica. Un estudio realizado por la Universidad de Maryland señala que la acupuntura es capaz de aliviar dolores y proporcionar mayor movilidad a pacientes crónicos si es combinada con otras terapias medicinales. En este estudio se demostró que pacientes con artritis reumatoide lograron mejorar hasta en un 40% sus movimientos de las articulaciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió una serie de estrategias para salvaguardar a los pacientes que, interesados en mejorar su estado de salud, acuden con acupunturistas, los cuales no cuentan con una preparación adecuada y en muchos casos llegan a afectar más a los pacientes.
En últimas fechas la acupuntura ha sido utilizada con fines estéticos, ya que es socorrida para bajar de peso, tratar problemas faciales como las arrugas, el acné, la celulitis, entre otros, pero el acudir a cualquier centro homeopático se corre el riesgo de caer en manos de charlatanes que solo se aprovechan de la gente a costa de obtener beneficios económicos. Se recomienda que antes de hacer uso de esta técnica oriental acudan antes con un especialista. NULL