Con el estrés que vivimos en la actualidad no es raro escuchar de diferentes enfermedades. Hablamos de sufrir padecimientos como dolores de cabeza o reumas; nos duele un dedo y decimos que tenemos artritis sin haber sido diagnosticados por un especialista. Pero, ¿contamos con conocimiento de causa? ¿Sabemos realmente lo que implica una enfermedad como la artritis?.
La artritis reumatoide (AR) causa dolor, inflamación, rigidez y pérdida de la función de las articulaciones, afecta cualquiera de ellas, pero es más común en las muñecas y los dedos. Las mujeres la padecen con mayor frecuencia y suele comenzar entre los 25 y 55 años de edad. Aunque cualquiera puede tener esta enfermedad por un corto periodo, en su forma severa puede durar toda la vida.
Los genes, el ambiente y las hormonas pueden contribuir, aunque los médicos desconocen la causa exacta. Lo que debemos tener en cuenta es que el sistema inmune ataca a los tejidos de su propio cuerpo. Los investigadores están aprendiendo mucho acerca del por qué y cómo sucede esto.
El síntoma principal de la enfermedad es la inflamación, que resulta apreciable a simple vista. A menudo causa resequedad de la piel y las mucosas, lo que puede ocasionar una inflamación y posterior atrofia de las glándulas que producen las lágrimas, la saliva, los jugos digestivos y el flujo vaginal, padecimiento conocido científicamente como síndrome de Sjogren. La rigidez articular es otro de los síntomas de la patología. Generalmente aparece por la mañana y va desapareciendo progresivamente a medida que el paciente ejerce su actividad diaria.
Debido a que la aparición de los síntomas no es muy clara desde el inicio, un diagnóstico precoz puede resultar difícil. Sin embargo, es muy importante que se determine pronto ya que de ello depende la evolución de la patología. Por ello, si sospechas que padeces artritis, es importante que acudas a un reumatólogo que determine cuál es el tratamiento más eficaz.
En el mercado podemos encontrar dos tipos de fármacos: los que se utilizan para aliviar el dolor día a día (antiinflamatorios y corticoides), y los que sirven para modificar la enfermedad a largo plazo. Estos últimos pueden surtir efecto semanas e, incluso, meses después del tratamiento. Recomendaciones
La vida de una persona con artritis reumatoide tiene que adaptarse a su enfermedad. Así que si la padeces debes:
Sortear una vida agitada y movimientos bruscos. Conviene dormir una media de 10 horas y evitar aquellos trabajos que requieran un ejercicio físico intenso.
Es favorable que mantengas una postura adecuada durante la jornada laboral: recta en el asiento y tratar de no permanecer con el cuello o la espalda doblados durante mucho tiempo. En el reposo, procura no doblar las articulaciones y mantener los brazos y las piernas estirados.
El calzado tiene que ser elástico, firme y de piel. El talón debes llevarlo sujeto, la puntera ancha y el empeine lo suficientemente alto para que no te produzcan rozaduras. La obesidad puede provocar un sobrepeso en las articulaciones, por ello, tienes que intentar llevar una dieta sana y equilibrada, y evitar subir de peso. NULL