En efecto, durante el ejercicio a una temperatura ambiental elevada, el método más efectivo que posee nuestro organismo para perder calor es evaporar el sudor que nuestras glándulas sudoríparas producen a una tasa muy superior a la normal. Más aún cuando nos desplacemos despacio en la bicicleta (por ejemplo, en la subida del triatlón de Valle de Bravo, o en una de las múltiples subidas a las grandes cuestas que existen en todo el país), pues en este caso es más difícil intercambiar calor con las corrientes de aire cercanas a nuestra piel y, prácticamente, solo podemos recurrir a la sudoración. Desgraciadamente, por este sudor se pierde tanto agua corporal como electrolitos, resultando una disminución del rendimiento, lo cual se refleja en la deshidratación, por ello el rehidratarse resulta tan importante.
Por otra parte, conviene resaltar que el cuerpo humano nos avisa un poco tarde con la sensación de sed, ya que, al aparecer ésta, es casi un hecho que ya exista una pequeña deshidratación, por lo tanto, debemos adelantarnos a que esto suceda y beber antes de tener sed. Incluso hemos visto como algunos se refrescan vertiendo el agua sobre el cuerpo, pero lo que realmente beneficia es beberla.
Existen muchos estudios científicos al respecto, pero bien podemos decir que en las salidas de menos de tres horas de duración, es suficiente con beber agua, sin embargo es muy importante aportar también electrolitos, sobre todo sodio y en menor cantidad potasio, estos acompañados con el agua. Existen ya en la actualidad varios productos en el mercado –bebidas isotónicas- que cubren perfectamente las necesidades en aportación de electrolitos. Además la mayoría de estos nos proporcionan también carbohidratos, cubriendo de esta forma combustible energético.
Así mismo, no es conveniente probar una bebida isotónica por primera vez en una competencia por lo que tendremos que probarlas durante los entrenamientos, para no sufrir posibles molestias gastrointestinales que nos frustren en nuestra competencia, sobre todo con aquellas que contienen fructosa en su composición. De cualquier forma lo más importante es beber algo líquido y en gran cantidad, y por último si estos pueden estar frescos (pero no demasiado fríos) los líquidos abandonan antes el estómago y, por lo tanto, llegan más rápido a la sangre. Se recomienda que la hidratación sea antes, durante y después del ejercicio, aproximadamente un litro de agua por hora de ejercicio; al acabar habría que beber medio litro de agua por cada kilogramo de peso perdido debido a la deshidratación; un método sencillo para determinar que tan hidratados estamos es la orina: una orina poco abundante y de color oscuro indica deshidratación, no así una orina abundante y prácticamente transparente.
Así es que, para nuestra siguiente salida en bicicleta o competencia no olviden llevar suficiente agua, tal vez la bici pese más al principio y pierdan tiempo bebiendo líquidos, pero se perderá mucho más si nos deshidratamos. NULL