Muchas veces los atletas solemos confundir esta lesión con una contractura muscular y la pasamos por alto sin darle la atención adecuada a su pronta recuperación, es ahí donde sobreviene el empeoramiento de la lesión y la consabida amplitud en el plazo de convalecencia y del tiempo que tardamos en regresar a los entrenamientos.
El desgarro de las fibras musculares de los Gemelos puede producirse por un traumatismo brusco (por ejemplo un tirón por pisar en terreno disparejo) o por la sobrecarga de trabajo de un músculo fatigado y previamente contracturado. En este último caso el atleta suele sentir días previos al desgarro el músculo un tanto dolorido, sobrecargado y contracturado en algún sector del mismo, y al no tener una óptima longitud funcional debido a eso y ser requerido para algún entrenamiento con mayor fuerza y velocidad, el músculo no resiste, sus fibras se distienden y se rompen.
La sintomatología del desgarro se caracteriza por una sensación de tirón violento, de latigazo si es un desgarro importante, pero si las fibras rotas o lesionadas son pocas el dolor es más tolerado.
Es importante el diagnóstico ecográfico que confirmará el lugar exacto de lesión y la gravedad de la misma. Se observa un hematoma o “moretón” (si es un desgarro importante), tumefacción, dolor a la contracción muscular y al estiramiento y en algunos casos impotencia funcional.
Un desgarro tratado correctamente se recupera generalmente en 21 días aproximadamente siendo la primer semana del tratamiento de recuperación de vital importancia. El primer paso es la aplicación de hielo local para evitar el derrame sanguíneo de los vasos capilares del músculo dañado, más venda compresiva los primeros tres días y aplicación de aparatología de resorte kinésico que ayudará con la inflamación y la reparación de las fibras lesionadas.
Es importante el descanso total y que el atleta no corra nada por lo menos durante los primeros 7 días, ya que es el período de mayor cicatrización, después de dicha semana en forma lenta y progresiva pudiendo realizar bicicleta fija y comenzar con los ejercicios de fortalecimiento de los gemelos. Pasada la segunda semana comenzará con trote suave de tipo regenerativo de acuerdo a la sintomatología del atleta (cada caso es particular y diferente a otro) ya en la tercera semana podrá aumentar el volumen del trote al mismo tiempo que continúa con el fortalecimiento y por sobre todo con la elongación para que vuelva a tener una longitud óptima y evitar así futuros desgarros que pueden producirse por encima o por debajo de la lesión inicial.
Hacia el final de la Cuarta semana estará en condiciones de realizar trabajos de velocidad y volver a la actividad normal al mes de la lesión.
También es muy importante complementar la recuperación con el tratamiento que incluya compresas de agua caliente combinadas con aplicación de hielo en la parte afectada y el uso de una pomada desinflamatoria y analgésica como las que hay en el mercado en muy diversas marcas en donde destaca la pomada Lonol.
Insistimos que cada caso en particular y la tolerancia al dolor y a las molestias, así como el poder de Recuperación es diferente en cada atleta, por lo que será muy importante el no olvidar este aspecto para no tener una recaída en la lesión que suele ser mas grave la mayoría de las veces.
El calentamiento adecuado y un buen par de zapato tenis, así como el estiramiento diario al terminar cada sesión de entrenamiento, serán la mejor forma de prevención de este tipo de lesiones. NULL