Es frecuente encontrarse con personas que sufren alguna enfermedad del riñón, y es que el origen de ésta se debe, en gran parte, a otros padecimientos físicos. Setenta por ciento de los casos de insuficiencia renal son ocasionados por diabetes o hipertensión arterial, aunque también se ha demostrado que el factor hereditario es importante.
Debes saber que si tus riñones son sanos, tienes el 100 por ciento de función renal. En realidad, esto es mucho más de lo que puedes necesitar. Muchas personas nacen con un solo riñón y aún así llevan una vida completamente normal. Otras, incluso, se convierten en donadores y tampoco tienen problemas.
Conocemos al riñón como un “órgano limpiador\” de la sangre, pero sus funciones van más allá, ya que también controlan la calidad del medio interno, regulan el balance de líquidos corporales, manejan el contenido corporal de muchos minerales y potencian la fabricación de hemoglobina, proteína sanguínea que transporta oxígeno de los órganos respiratorios a los tejidos.
Estos órganos tienen forma de frijoles, aproximadamente del tamaño del puño de una mano. Están ubicados cerca de la línea media de la espalda, justo debajo de la caja que conforman las costillas. Dentro de cada uno hay aproximadamente un millón de estructuras diminutas (llamadas nefrones) que filtran la sangre que reciben, eliminando minerales y una gran cantidad de agua y sustancias (muchas de ellas perjudiciales para el organismo). Tras el primer filtrado, estos operarios recuperan parte de esas sustancias (sobre todo las consideradas benéficas) y de agua, quedando al final el producto de deshecho que conocemos como orina.
La enfermedad de los riñones al principio no presenta síntomas
En ocasiones los nefrones se lesionan y esto da como resultado una enfermedad renal, lo que puede ocasionar que los riñones no eliminen desechos. Por lo general, el problema se desarrolla lentamente, con el paso de los años.
Es así que la importancia de que detectes un trastorno renal se debe no sólo a su cercana relación con otras enfermedades, por ejemplo, las de tipo cardiovascular (de hecho, ya se habla de un síndrome cardiorrenal), sino a que no produce síntomas. Por lo tanto, sólo podemos realizar un temprano descubrimiento a través de los análisis de sangre y orina de rutina, así como con un control regular de la presión arterial. Cómo se trata la enfermedad de los riñones
Mediante los análisis podemos comprobar, además del grado de funcionamiento de los riñones, en qué forma cumplen con todas sus misiones. Para evaluar cómo limpian la sangre de sustancias \”basura\”, se miden los niveles de urea (sustancia proveniente del metabolismo de las proteínas). También se pueden determinar los niveles de electrolitos o minerales en sangre, y de otras sustancias que cambian a consecuencia de una insuficiencia renal.
El estudio de la orina es fundamental para conocer el funcionamiento de los riñones. La presencia de glóbulos rojos y de proteínas en la orina suelen indicar la existencia de una enfermedad, habitualmente una inflamación del órgano (\”nefritis\”) o un deterioro progresivo del mismo (\”esclerosis\”), generado por un problema de índole renal o algún proceso sistémico.
En determinados casos, se debe recurrir a la realización de una biopsia renal para examinar directamente el aspecto del tejido, importante para el diagnóstico de muchas enfermedades. NULL