Uno de los problemas que nos aqueja hoy en día ha sido el de erradicar los efectos de la creciente inactividad en que se encuentra gran parte de la población, sobre todo la que vive dentro de la zona urbana.
Se estima que un 80% de niños y jóvenes en el país no realiza actividad física alguna. El sedentarismo como consecuencia de malos hábitos adquiridos desde la niñez, la inactividad, así como la falta de información y en algunos casos también la falta de espacios adecuados para la práctica deportiva, trae efectos negativos no sólo a nivel personal, sino también a nivel social.
Bastan algunos datos para observar las consecuencias negativas que ha alcanzado la falta de atención en este aspecto:
– El desarrollo físico e intelectual en niños y jóvenes se ve seriamente afectado por una mala nutrición y falta de actividad física en sus etapas de desarrollo.
– Los índices de obesidad en la población en general, así como las enfermedades causadas por falta de actividad física han incrementado alarmantemente en los últimos 10 años.
– En zonas de extrema pobreza se detecta en un 90% del total de la población de niños y adolescentes muy bajo rendimiento escolar causado en gran parte por baja autoestima.
– Se observa a menudo en la edad adulta patrones de conducta negativos, tales como actitudes de discriminación, intolerancia, adicciones, etc.
– Aumento en los índices delictivos.
– Bajo rendimiento competitivo en los diferentes ámbitos: académico, laboral, cultural y deportivo.
Estar en forma no es otra cosa que el logro de un estado óptimo de rendimiento individual traducido en bienestar personal: buena condición física, autoestima saludable, fortalecimiento físico y moral-volitivo; desarrollo efectivo de las capacidades de relajación, concentración, creatividad, integración, etc. Aspectos que se manifestarán de manera positiva en todas las áreas de nuestra vida. El logro de dicho estado solo se obtiene mediante la actividad física constante, personalizada, progresiva y variada. La práctica de la carrera suele ser una herramienta muy valiosa para combatir gran parte de los efectos arriba citados del sedentarismo; pues se trata de una actividad que mueve más del 50% de la masa corporal, aumentando así el grado de esfuerzo del organismo.
Así mismo, la ejecución técnica de la misma permite corregir la mala postura corporal, fortaleciendo gran parte de los grupos musculares como: abdomen, espalda, glúteos, lumbares, cuadríceps, bíceps femorales, gemelos, sóleo, región plantar, etc.
También, es una actividad que puede combinarse con otras de diferente tipo, mejorando no solo la resistencia física, sino también un tipo de fuerza especial: la voluntad, necesaria para cualquier actividad que se emprenda.
Dentro de los aspectos psicológicos que se potencializan a partir de la práctica constante de la carrera, se consideran la tenacidad, el arrojo, la valentía, la perseverancia, la disciplina, el autocontrol, aumentando de esta forma los niveles de tolerancia al stress, la autoestima, etc; también facilita la adquisición de otros hábitos saludables como la sana alimentación, la higiene y cuidado corporal, el cuidado del medio ambiente, la aceptación y respeto a los demás, la integración social, la creatividad, la competitividad.
Son muchas las razones por las que debiéramos iniciarnos en la actividad física, Correr no solo es correr, Correr es amar la vida, amarte a ti, amar a los demás, amar tu entorno. Correr es ser mejor cada día, es dar gracias porque vives, porque sientes, porque puedes…
Estar en forma es pues, sentir que ¡estamos vivos! en todo lo amplio de la palabra: ¡Vivos!
Alma Velázquez
Colaboradora Revista Club de Corredores NULL