Soy una corredora. Me defino así por el gusto que siento al practicar este deporte. Disfruto de correr sola o en compañía, aunque realmente prefiero la compañía, siento un empuje especial que me invita a dar un esfuerzo adicional que me pone en nivel de competencia. Además, disfruto de alguien que ama de la misma forma esta actividad a la que me dedico. No soy muy exigente con la compañía, acepto amigos y familiares de muy buen ánimo. El pasado 22 de junio tuve la oportunidad de compartir esta actividad con alguien muy cercano a mí y a quién le profeso un afecto y simpatía muy especial. Su nombre es Nube una border collie, mi fiel amiga y una de mis compañeras de carreras, toda una corredora. Participamos en el 2° PERROTÓN de la Ciudad de México.
Llegamos puntualmente a la cita y nos dispusimos a realizar nuestra rutina de calentamiento acostumbrada. Aproveché también para darle a Nube ese “paseíllo especial” que le permite llevar a cabo sus necesidades y de esa forma evitar suspender la carrera de improviso. Nube y yo participamos en la carrera de 5 Km. que es donde participan los perros de razas grandes. En el previo a la carrera pude observar la gran variedad de razas que se preparaban como nosotras, destacaban: labradores, golden retriever, pastor alemán, afganos entre muchas otras razas más.
Momentos antes de iniciar la carrera, puede percatarme de la adrenalina que corre entre todos los participantes. Amos y mascotas se fusionan en una relación simbiótica que los convierte en un solo individuo. Al fin, la señal de arranque. El pelotón (demasiado sui generis para mi gusto) se pone en marcha por la ruta establecida, el buen ánimo de la competencia se respira en el ambiente.
Durante el trayecto pude observar que algunos perros eran forzados a correr más fuerte y con más entusiasmo del que podían. No pude evitar sentirme afligida por semejante hecho. Incluso, algunos de los participantes caninos eran regañados por sus amos al no correr. Otros sufrían de los jalones con tal de que mantuvieran el ritmo; el colmo de los propietarios llegó cuando en el trayecto pude observar una mascota cojeando e inclusive un bulldog (los cuáles por naturaleza no son aptos para estos trotes, como tampoco lo son cualquiera de los perros chatos) haciendo esfuerzos impresionantes para mantenerse en ritmo Tal fue mi desesperación que me dirigí a su dueño para advertirle que su perro podía ponerse peor y ocurrir un desenlace fatal, y para cerrar ¡un golden retriever con golpe de calor!
Afortunadamente y para mi tranquilidad, encontré otros participantes que se notaba a leguas que eran fieles compañeros de carrera de sus amos y que este esfuerzo no representaba más que una oportunidad de compartir otro trayecto, otra ruta, otro momento. A éstos últimos, reciban todo mi reconocimiento y admiración. Finalmente llegué a la meta. No pude evitar sentir un halo de tristeza por aquellas mascotas que se quedaron en el camino lesionadas o agotadas por el esfuerzo. Para su fortuna, la organización del evento destacó por la calidad que le imprimieron y la colaboración de médicos veterinarios voluntarios que estaban para atenderlos. Muchas gracias a ambos. (En especial al MVZ. Ernesto Ávila siempre presto para cualquier eventualidad).
Los perros también necesitan de entrenamiento
El acondicionamiento físico de nuestras mascotas es responsabilidad de nosotros, debemos aprender a conocer la forma en que nuestro perro nos comunica lo que va sintiendo, esto no es un evento que se de inmediato, necesita su tiempo y su espacio, necesita de la retroalimentación que vaya dando el trabajo cotidiano y el cariño que le profesemos a nuestra mascota. No podemos olvidar que se trata de un ser vivo con derecho a ser respetado y atendido, y que es totalmente dependiente de nosotros.
Nuestra mascota nos rebasa en algunas facultades físicas, pero eso no significa que estén dotados para llevar a cabo tareas para las cuáles no están listos. Su sistema cardiovascular hay que ponerlo a punto como el de cualquiera de nosotros y por lo tanto requieren de entrenamiento y una buena dosis de cariño y respeto. De no llevarse a cabo, pueden ser susceptibles de padecimientos cardíacos o daño en sus cojinetes, sus uñas, lesiones en las articulaciones o un golpe de calor que es muy grave.
Por estas razones, exhorto a quienes gusten de correr con sus mascotas o de participar eventualmente en este tipo de eventos, a que no sea llamarada de petate y actúen de manera responsable en lo que al acondicionamiento físico de su perro se refiere. Su entrenamiento tiene que empezar de forma gradual igual que nosotros y mantenerse en constante revisión médica; de esa forma sabrás cuando se está excediendo en capacidades, cuando deberás parar, bajar el ritmo o hasta cuando poder exigirle un poco más. Haz ejercicio con tu mascota de forma habitual, y verás la diferencia.
Agradezco la oportunidad de este espacio a Club de Corredores, muchas gracias.
* Ana Luisa Pérez Pasten, es una apasionada corredora a nivel recreativo y que en sus tiempos libres se ocupa a la protección de perros de manera altruista. Es lectora de CC y nos ha enviado el presente texto. Muchas gracias! NULL