Los llaman “frutos del bosque” aunque en realidad se cultiven casi siempre en viveros con una aclimatación específica y cuidados exigentes. Los arándanos, frambuesas, grosellas y moras forman parte de esta familia que se caracteriza por su sabor entre ácido y dulce.
El arándano es muy conocido por sus bondades para prevenir infecciones urinarias y diabetes, entre otras. Además, el consumir arándanos de manera regular ayuda a la prevención de caries y, lo más importante, puede disminuir el riesgo de cáncer.
Los arándanos trabajan para mejorar la salud de tu boca al inhibir la producción de ácidos dañinos para la boca y dientes. Y, en cuanto a la lucha contra el cáncer, el arándano es gran prometedor. Diversas investigaciones han encontrado que los extratos polifenólicos de los arándanos inhiben el crecimiento y la proliferación de células tumorales de mama, colon, próstata, pulmón e incluso esofágicas.
Además, el arándano contiene un antioxidante denominado antocianina, que además de dar el color azul al fruto, investigadores de la Facultad de Medicina de la UNAM encontraron que disminuye la acción de los radicales libres asociados al envejecimiento, cáncer, enfermedades cardiácas y Alzheimer.
El doctor Iván Pedraza, coordinador del estudio, explica que, entre otros beneficios, “el arándano rojo es muy útil en el tratamiento de la cistitis y otras infecciones urinarias”, mientras que “los arándanos negros, por contener más taninos (pigmentos naturales), funcionan como antisépticos y antidiarreicos”.
También la estadounidense Food and Drug Administration (FDA) ha calificado el arándano como el “berrie” más saludable para personas que sufren hipertensión y colesterol alto, pues su contenido de vitamina C, potasio, fibra y bajas calorías disminuyen la sacarosa (azúcar) en la sangre.
La FDA dispone también de una tabla nutricional de berries en la que da cuenta de la composición del arándano, y que podría resumirse en cero grasas, sodio y colesterol, y rico en potasio, magnesio, vitamina A, C y E. En cuanto a su valor calórico, 100 gramos equivaldría apenas a 30 calorías.
Otra de sus ventajas es su contenido de Vitamina C, que ayuda en la formación de colágeno, fortificación de huesos y dientes y producción de glóbulos rojos, mientras que el potasio beneficia al sistema nervioso, ya que favorece la transmisión de impulsos y equilibra los niveles de agua dentro de las células.
Si tienes problemas de tensión arterial comer arándanos te será útil para disminuir el riesgo de un paro cardiaco porque los flavonoides (antioxidantes) “limpian” la grasa acumulada en las arterias. A su vez, la American Dental Association (Estados Unidos) descubrió que el jugo de arándano rojo revierte o inhibe la placa dental y enfermedades de las encías, y la Universidad de Illinois realizó estudios en los que, si bien incipientes, comienza a haber resultados en la búsqueda de una vacuna contra el cáncer de mama a base de arándano.
Como se ve, son tantos los beneficios que hoy diversas empresas de la industria alimenticia empiezan a promocionar una gran variedad de productos a base de arándano, incluyendo cereales, yogur, malteadas, almíbares, mermeladas y hasta refrescos, aunque los especialistas recomiendan, por supuesto, consumirlo de la forma más natural posible. Un vaso de jugo todas las mañanas o un plato de cereal con arándanos sería lo ideal.