Es común oír que la hidratación es muy importante para el adecuado funcionamiento de nuestro cuerpo y que durante la práctica del ejercicio esto se convierte en un objetivo aún más importante, por la cantidad de agua que perdemos, en forma de sudor, durante la actividad física. Lograrlo, no solo tiene que ver con nuestro rendimiento, sino con la obtención de todos los beneficios del ejercicio sin consecuencias indeseables; por lo tanto es importante conocer aquellos factores que influyen en lograr una óptima hidratación.
En un deportista el tiempo que tarda un líquido en pasar del estómago hacia el intestino, puede condicionar su rendimiento. Cuando este paso es demasiado rápido, provoca mayor movimiento intestinal y por lo tanto aumenta el riesgo de diarrea del deportista. Por el contrario, si el paso es lento, no se obtienen tan rápidamente los beneficios esperados con la ingesta del líquido. En un deportista, la velocidad de este paso depende fundamentalmente de tres factores: temperatura del líquido ingerido, consumo de oxígeno y osmolaridad de la bebida administrada. Temperatura del líquido: La temperatura ideal de una bebida durante el deporte es entre 9 y 15º C debido a que se sabe que la sensación de la sed disminuye de manera más rápida cuando el líquido se encuentra frío, además de que resulta más agradable al gusto. Por lo tanto, te recomendamos asegurarte que la bebida que escojas se mantenga a esta temperatura o más fresca que la temperatura ambiente.
Consumo de oxígeno: Aún cuando se sabe que el vaciamiento del estómago es más lenta cuando el consumo de oxígeno del deportista se encuentra por arriba del 70% del máximo, este es un factor complicado de modificar, ya que no podemos limitar el consumo de líquido al momento en el que el consumo de oxígeno sea menor a estos valores, porque la necesidad de rehidratación es continua.
Osmolaridad: Esto se refiere a la cantidad y tipo de sustancias disueltas en el líquido que utilizamos para hidratarnos. Los productos hiperosmóticos (con mayor osmolaridad que la sangre) se vacían lentamente al intestino, los isotónicos (osmolaridad igual a la sangre) lo hacen mucho mejor. Sólo aquellas bebidas con osmolaridades no superiores a 287 miliosmoles/litro y no inferiores a 225 miliosmoles/litro pasan a una velocidad ideal incluso cuando el consumo de oxígeno es mayor al 70% lo cual es muy normal al practicar cualquier modalidad deportiva en la que la sudoración sea importante. Por lo tanto son las más recomendables. Por estas razones entre otras, es importante escoger la mejor manera de hidratarse antes, durante y después del ejercicio. Con ello no solo repondrás los líquidos y minerales perdidos por efecto de la actividad física, sino que disminuirás la posibilidad de perder tejido muscular, logrando lo mejor de tu esfuerzo.
Bibliografía
Nutrición e hidratación para atletas jóvenes. Bases científicas y aspectos prácticos. Material producido y editado por Pedro Reinaldo García. Asesor Científico del GSSI para América Latina. Caracas, Venezuela. 2006.
Nutrición para la salud, condición física y deporte. Williams, Melvin H., Old Dominion University. McGraw Hill Interamericana. 7ed.