Después de ganar por primera vez el Torneo de Wimbledon en 2013, el británico Andy Murray corrió a abrazar a su madre, quien no cabía de felicidad por el triunfo de su hijo. Murray siempre agradece a su mamá después de un partido. De la misma manera que nosotros buscamos a nuestra mamá cuando queremos compartir nuestra felicidad e incluso nuestras preocupaciones y tristezas. Y mamá, siempre está ahí.
Sin lugar a dudas, para casi todos los seres humanos, la persona que más influye en nosotros y a quien debemos una gran parte de lo que hemos logrado, es nuestra madre. Y no quiero dejar atrás a los papás a quienes también debemos muchísimo, es solo que en el mes de mayo nos vamos a enfocar en las mamás.
Actualmente casi todas las mamás hacen ejercicio, se sienten con mucha energía no solo para criar a los hijos, atenderlos al igual que al esposo, atender la casa y, además, trabajar, estudiar, tomar clases, etc. Manejan todo tipo de aparatos, desde la lavadora, secadora, horno, microndas hasta el automóvil, celulares, tablets, laptops y todo aparato que necesitan utilizar.
Pero no siempre ha sido así, y aún ahora no todas las mujeres tienen las mismas oportunidades, aún dentro de un mismo país, las diferencias entre unas y otras madres son muy grandes. Hay muchas mamás que tienen que trabajar toda su vida, desde niñas hasta adultas mayores, quienes quizá nunca tuvieron el apoyo de un papá o esposo. Muchas que tienen que trabajar todo el día sin poder atender a los hijos y, para apoyarlas, casi siempre están las abuelitas (las dobles mamás de hijos y de nietos). Y muchísimas más de las que nos gustaría contar no tienen acceso a la educación, y desde ahí, las oportunidades para ellas se cierran muchísimo. Actualmente, por ejemplo, la migración obliga a muchas mujeres a dejar sus países y buscar son sus hijos nuevas oportunidades, siempre pensando en el futuro de sus hijos.
Y, sin embargo, pese a tan grandes diferencias, nada les resta su valor de madres. Todas, absolutamente todas las mamás, con lo poco o mucho que tienen, siempre están ahí, velando por sus hijos.
No importa que tantos aparatos maneja nuestra mamá o qué tanto ejercicio hace, y aún si no sabe manejar bien el celular o si tampoco hace ejercicio, ella siempre será nuestra mamá, nuestra confidente, nuestra amiga, en las buenas y en las malas. Nuestra intercesora cuando nos iba mal en la escuela y no queríamos entregar calificaciones a papá. Nuestra ayuda cuando queríamos un permiso y sabíamos que con papá solo era difícil conseguirlo. Y siempre era quien ponía el orden -y aún lo hace,- en las típicas discusiones que parecen no tener fin. Nuestra consejera y amiga que, aún ahora siendo adultos, recurrimos a ella para pedir su consejo o su apoyo siempre que la necesitamos.
Pues al igual que todos nosotros, los grandes atletas, tan fuertes, tan rápidos y tan buenos en su deporte, también ellos gustan de compartir con sus mamás sus mejores momentos y les agradecen con mucho cariño todo lo que han hecho por ellos. He aquí algunas imágenes que hablan por sí mismas.
¡Muchas felicidades a todas las mamás!
¡Y MIL GRACIAS por querernos tanto!
Por Claudia Plasencia para: www.asdeporte.com