El Tour de Francia es impresionante, es fascinante, emociónate, impredecible, una locura y casi cualquier otra palabra similar. Durante tres semanas y miles de kilómetros, más de 200 ciclistas se dan a la tarea de recorrer todo tipo de terrenos y dar su máximo esfuerzo día tras día. Si estás interesado en cuánto puede resistir un ser humano, entonces el Tour es cautivador, incluso aun cuando el ciclismo no te gusta del todo. ¿De qué son realmente capaces los seres humanos? Esa es la pregunta que recibe respuesta todos los años durante tres semanas del mes de julio.
Lo que me parece genial acerca del Tour es que los márgenes entre uno y otro ciclista o entre una y otra etapa son tan pequeños que parecen no existir. Cada ciclista es todo un profesional, todos ellos dedican miles de horas de entrenamiento al año, todos trabajan muy duro. Todos ellos ruedan en bicicletas similares, se alimentan con dietas parecidas, compiten en carreras similares, y hacen sesiones de entrenamiento muy similares.
La edición 106° del Tour de Francia que finalizó el domingo pasado con el magnífico triunfo del joven colombiano de 22 años, Egan Bernal, fue uno de los más emocionantes desde que tengo memoria. Con la ausencia del gran favorito, el británico Christopher Froome, prácticamente todos los ciclistas estaban en igualdad de condiciones para pelear y ganar. Generalmente pensamos que lo que separa a los mejores atletas es la ética en su trabajo profesional, la fuerza que desarrollan y otras condiciones importantes. Pero en este Tour en específico lo único que podía diferenciarlos era la suerte y la estrategia.
Mientras que un corredor elite, de distancia, entrena quizá un 20% de la cantidad que tiene que entrenar un ciclista profesional de ruta para el Tour, todavía hay muchísimo que aprender de la resistencia requerida para rendir al máximo. Por lo que, ¿qué lecciones, como corredores, podríamos aprender del Tour? Aclaro que no soy un experto ciclista. Sin embargo, después de ver la cobertura del pasado Tour todos los días, encuentro 5 grandes lecciones de las que podemos aprender a mejorar como corredores:
1.- Apóyate en tu equipo
En el Tour el trabajo en equipo lo es todo. Si un ciclista tratara de hacer el Tour solo, aun siendo el mejor, perdería mucho tiempo tratando de hacer el recorrido solo, además de que le costaría muchísimo más esfuerzo que hacerlo en equipo. La técnica de chupar rueda e irse turnando el puesto de jalar al principio del grupo, reduce hasta en un 50% el esfuerzo de quienes van chupando rueda, lo que ayuda a que se recuperen mientras otros jalan. Lo que vemos al final de cada etapa es grandioso, pero no es solo el último empuje del ciclista que llega a la meta, sino el esfuerzo de todo su equipo por llevarlo a alcanzar la meta antes que los demás equipos. Es decir, lo que vemos al final de cada etapa es la grandeza de todo un equipo.
En la etapa 14, por ejemplo, el ciclista francés Thibaut Pinot atacó en el ascenso del Col du Tourmalet lo cual lo ayudó a recuperar puestos en la Clasificación General ya que no había tenido mucha suerte en las primeras etapas. Si recordamos esa etapa, vimos a su equipo el Groupama FDJ protegiéndolo en el pelotón, trayendo comida y bebidas desde el auto del equipo y asegurándose de que aprovechara cada onza de su energía en subir. Y cerca del final, su compañero de equipo David Gaudu se puso al frente del pelotón y empezó a jalar a un paso increíble precisamente para dar el último empujón a Pinot. Gaudu se “vació” por completo, dejó ahí toda su energía para jalar a Pinot hasta la meta. Quedó tan desgastado que ya no podía pedalear, perdió muchos minutos en pocos kilómetros. El ataque de Pinot salió en todos los titulares, pero si hubiera estado rodando solo quizá ni siquiera hubiera salido en primera plana.
Y no son solo los ciclistas los que componen un equipo. Cada equipo tiene una amplia infraestructura, desde los nutriologos que cuidan su alimentación, masajistas que cuidan su recuperación, el entrenador, por supuesto, que está atento a todos y cada uno de ellos y define la estrategia a seguir para todo el equipo y, por supuesto también, el grupo de mecánicos que mantienen todas las bicis del equipo y las de repuesto en óptimas condiciones para ser usadas en cualquier momento. De hecho, aún en los deportes individuales, la realidad es que un campeón nunca lo logra por sí solo. Todos tienen un equipo de apoyo.
Pues bien, en la carrera es lo mismo. En Flagstaff, Arizona, por ejemplo, hay un equipo que es un grupo de amigos que entrenan juntos, presionando hasta sus límites y redefiniendo lo que es posible en el deporte. En las carreras de ruta y pista, casi todas las superestrellas entrenan con un equipo. Pero va más allá de los compañeros de entrenamiento. Piensa en tus seres queridos también, en tus amigos, compañeros de trabajo y todas las demás personas que juegan un papel importante en tu vida. Todos ellos permiten que desarrolles tu gran potencial. Involúcralos en tus objetivos. Habla con ellos, solicita su apoyo y comparte cada éxito como si se tratara de un logro de equipo en lugar de uno individual. Porque, de verdad, casi nunca es un logro individual, aun cuando así lo parece en el podio de premiación.
2.- Un mal día no puede definirte
El Tour es una prueba increíble sobre lo imprevisible y el comportamiento no lineal de la forma física. En las primeras etapas, por ejemplo, Simon Yates, quien con su hermano Adam Yates, forman parte de la formación del Mitchelton Scott, perdió muchísimo tiempo pero regresó a ganar un par de etapas después. Pinot perdió mucho tiempo en las etapas planas pero sus increíbles ataques en la montaña le ayudaron a definir otras etapas del Tour. Geraint Thomas, del equipo INEOS, parecía aportar una forma física ligeramente diferente cada día lo que hacía que el campeón defensor fuera peligroso todos los días hasta la última jornada.
Estos atletas tienen un entrenamiento visto con lupa por su entrenador para no perder ningún detalle. Su condición física ha sido entrenada para poder resolver cualquier imprevisto. Sin embargo, un buen o mal día a menudo está sujeto a caprichos de la suerte o del momento.
Ante esta incertidumbre, la clave es darse una oportunidad. Todos estos ciclistas no habrían tenido el alcance que tuvieron si se hubieran rendido o perdido la fe en los momentos difíciles. Pues bien, como corredores, todos nos enfrentamos a la misma decisión cuando las cosas no suceden como esperábamos. Un buen o mal día lo puede tener cualquiera. Cuando las cosas no van como quisieras, ¿conservas la fe? ¿crees que puedes seguir adelante y sigues luchando? Pienso que el atributo más importante para cualquier atleta es la confianza en sí mismo, creer en uno mismo. Así es que no pierdas la fe y ten confianza en ti mismo en los peores días. Es la única manera de acercarse a tu potencial.
3.- No se trata solo del resultado
Mi premio favorito del Tour es el de la combatividad, que se otorga cada día y al final de la carrera al ciclista que fue más agresivo, a quien estuvo presionando más en cada etapa. Y este año el ciclista más combativo fue, sin duda, del francés Julian Alaphilippe, del Deceuninck-Quick-Step, quien ganó el maillot amarillo en la tercera etapa y lo defendió “a capa y espada” durante 14 jornadas, más de la mitad del Tour hasta que la perdió en la etapa 19, a tan solo 2 etapas de llegar a Paris.
Los fanáticos franceses valoran mucho el estilo agresivo de cada ciclista. En la Universidad tuve un profesor de historia del arte quien hablaba acerca del “duende”, un termino similar en español para definir una inspiración apasionada. El ejemplo para la clase fuera del mundo del arte sería Thomas Voeckler, un ex-ciclista profesional francés famoso por atacar con su bicicleta moviéndola de lado a lado, cuando atacaba para ganar. Voeckler ganó 2 veces el Tour de Francia (2004 y 2010).
Y no es solo de ser agresivo en estilo, sino de tener el coraje para vencer los obstáculos. Pinot, por ejemplo, tuvo que superar un miedo terrible que tenía por los descensos rápidos, el cual manifestó cuando tuvo que abandonar el Tour en 2013, llorando a un lado de la carretera. Otro caso es el ganador del maillot verde, el de los puntos (que se van ganando en el paso de los sprints intermedios en cada etapa). Pues bien, durante varias ediciones el velocista Peter Sagan, del Bora-Hansgrohe, ha sido el ganador y lo fue también este año. El eslovaco es famoso por ser muy rápido en cada sprint. El Tour sería tremendamente aburrido si solo se tratara del ganador de la Clasificación General, en cambio, se trata de todas las historias que van desarrollándose en el camino.
Bien, pues corriendo es lo mismo, lo más importante no es ganar o perder, sino que hagas tu mejor esfuerzo. Tú puedes ser ese atleta combativo que va por todo y aprovecha sus oportunidades. Puedes ser el ciclista que lleva su bicicleta de un lado al otro mientras lanza un ataque decisivo. Puedes ser el atleta silencioso pero con una gran confianza en sí mismo, o como Pinot, cuando en la etapa 19 no pudo ocultar su desilusión por tener que retirarse por una lesión muscular cuando faltaban solo 2 etapas para terminar el Tour. Probablemente no habrás ganado en la carrera, y eso será solo otra parte de una historia bastante impresionante, pero el lugar no es lo que te define.
Eventualmente también tiene que ver la genética y la ética
Somos capaces de hacer cosas increíbles y alucinantes. Pero son pocos los atletas que siempre se presionan hasta el límite de su potencial. Pues en el Tour de Francia las cosas son diferentes. Casi cada ciclista está ahí rodando hasta su límite, buscando por otro 0.2% de crecimiento. ¿Qué pasa cuando llegan al límite? Ese es el momento psicológico más emocionante para mí. Estamos viendo cómo responden los atletas cuando se dan cuenta de que son capaces de hacer tanto. Una parte del resultado puede estar dictado por la genética (las habilidades naturales que cada atleta posee), y otra por la actitud de seguir adelante pese a los obstáculos que se presenten. Trata de celebrar dónde estás tú y quién eres, siempre. Perseguir lo mejor de ti mismo es una virtud que no significa que tengas que ser mejor que nadie.
5.- Come SUPER BIEN
Por último, algo que, probablemente, sea de las cosas más importantes en el Tour. Los ciclistas necesitan comer, y COMER MUY, MUY BIEN. Así es que, como corredor, no solo comas bien, COME MUY BIEN.
Si un ciclista no consume las calorías necesarias un día, el Tour puede terminar para él. Si se trata de una sola etapa y no está bien alimentado sería una locura. Y si se trata de varias etapas, perderá potencia y acabará por tener que abandonar la prueba. En promedio, un ciclista del Tour debe consumir 8,000 calorías diarias y, por supuesto, a nadie se le pasa cenar. Si no comen estarán acabados, y a un ciclista acabado otro ciclista se lo comerá.
La lección para los corredores es asegurarte de que estás alimentando tu cuerpo bien de manera que puedas recuperarte y adaptarte a nuevos esfuerzos. Cierto es que puede haber algunos alimentos más saludables que otros, pero ningún alimento es malo cuando se trata de mantener altas las reservas de energía. Trata de comer siempre suficiente. Come mucho algunas veces. Pero nunca dejes de comer o comas menos de lo que necesitas. Hazlo así y quizá no ganes tu siguiente carrera, pero estarás dando a tu cuerpo la oportunidad de poder pelear duro para terminar de la mejor manera posible.
Aun cuando el ciclismo no sea tu deporte favorito, siempre hay algo que aprender de una competencia tan emocionante e interesante.
Artículo original escrito por David Roche para: trailrunnermag.com
David Roche se asocia con corredores de todas las habilidades a través de su servicio de entrenamiento: “Some Work, All Play”. Su libro “The Happy Runner”, trata de llegar a la aceptación incondicional en una vida corriendo, y está disponible en Amazon