Si me preguntan cuál es el atributo más importante para un atleta, tengo una repuesta simple: “CREER”. Algunas veces, la siguiente pregunta es: “¿Creer en qué?”, entonces respiro profundo y trato de responder con inteligencia.
Cuando digo “CREER” me refiero a creer en todo el sentido de la palabra. Creer en ti mismo para empezar y por supuesto. Pero también creer en tu entrenamiento, en tu futuro, en el sentido de luchar y esforzarte por lo que quieres ser y hacer. Creer NO significa que ganarás en cada competencia o que te va a ir bien siempre; CREER implica pensar que puedes seguir creciendo incluso cuando algunos entrenamientos o competencias demuestren lo contrario.
En la vida de todo deportista así como en la vida todos en general, habrá malos momentos y muchos fracasos, nadie es perfecto. Michael Jordan, el mejor jugador de balón cesto de todos los tiempos, tiene una frase muy buena que viene al caso en esta nota:
“He fallado más de 9,000 tiros en mi carrera.
He perdido más de 300 juegos
Me han confiado el último tiro del juego para ganar y lo he fallado.
He fracasado una y otra y otra vez en mi vida.
Y por eso es que he tenido éxito”.
– Michael Jordan
La próxima vez que falles en algo, no pienses que estás “fuera del juego”, al contrario, “bienvenido a jugar, disfrútalo”.
Una de las mejores corredoras de Trail y montaña, la sudafricana Meg Mackenzie, quien ofrece todo su apoyo y conocimientos para corredores de Trail de todos los niveles, el pasado verano tenía grandes planes, haría el Golden Trail Series por segundo año buscando mejorar su nivel dentro de las 10 mejores del mundo. Sin embargo, en la primera competencia en Zegama, pese a que se sentía super bien de condición física, mentalmente estaba muy bien, en fin, iba ser una competencia de ensueño. Cuando de pronto, en el primer ascenso, sus piernas no respondieron, por más que lo intentó, no logró llegar ni a la mitad de la competencia y tuvo que abandonar. Fue su primer DNF (Did Not Finish = NOFIN (No finalizó) en una carrera. La sensación de no terminar una competencia es frustrante, saber que entrenaste y que no logras ni finalizar, te desconcierta. Pero Mackenzie no se rindió y volvió a presentarse en la línea de salida de la segunda competencia, ahora en el Maratón Mont Blanc, con el mismo entusiasmo de siempre. En esta ocasión quedó en 6ª. posición, lo que la situó nuevamente entre las 10 mejores corredoras en la lista de la Serie Golden Trail.
La cuestión es que, cuando decides competir, tarde o temprano tendrás una mala carrera, igual que Meg e igual que cualquier otro corredor y cualquier otra persona en cualquier ámbito de la vida. Yo diría que correr es una gran oportunidad para aprender y crecer, ya que te ubica entre éxitos y fracasos. Por lo que, al igual que Meg, ¿cómo podrías cultivar el ser persistente y resistente cuando tus esperanzas y sueños se desvanecen cuanto más te expones? He aquí 5 consejos que pueden ayudarte.
1.- Acepta la incertidumbre
Habrá que entender que el entrenamiento no es una ecuación matemática ni una receta de cocina, en la que si sigues todos los pasos la respuesta es única y segura. No, el entrenamiento tiene muchas variables, desde cómo amaneces ese día, con mucha energía o cansado, con ánimo o preocupado, si te duele algo, si empiezas con gripe, hasta si llovió toda la noche y la pista está super encharcada, si llueve, si hace frío, o demasiado calor, en fin, hay muchas variables que uno tienen que aprender a manejar y resolver para poder entrenar o competir dando tu mejor esfuerzo.
Dentro de tantas variables, habrá algunas que podemos manejar y controlar, como nuestro estado de ánimo, por ejemplo, así como variables que escapan totalmente de nuestro control, como el clima. No puedo evitar que haga calor o frío o que llueva. Pero sí puedo entrenar en calor y frío o lluvia y aprender a manejar la situación de la mejor manera posible. Habrá que pensar que todo es parte de la diversión y hay que disfrutarlo al máximo. Si un día llueve durante tu entrenamiento está bien, así cuando te llueva en una competencia ya sabes qué se siente y cómo sí puedes seguir corriendo.
Las competencias NO son exámenes, ni momentos para sufrir. De hecho, nadie nos obliga ni a entrenar y menos a competir, lo hacemos porque nos gusta y porque así lo decidimos. Las carreras son celebraciones a la vida, a la existencia y sí, la incertidumbre misma. Así es que date la oportunidad para celebrar sin importar cómo se desarrolle el día.
2.- Es bueno llorar
Cuando las cosas no resultan como esperabas, y más si le dedicaste mucho tiempo y esfuerzo, el sentimiento de desánimo es grande. Eso es lo más normal, no te preocupes, al contrario, es muy sano expresar tus emociones, aún las más tristes. Platica con tus compañeros de carrera, o con tu pareja, tu familia, entrenador, terapista, el peluquero, choferes, en fin, diles que te fue mal en la competencia, que te sientes poco afortunado y, si ellos saben algo, seguramente te dirán que eres una persona increíble y que todo saldrá bien la próxima vez.
Recuerda que las malas carreras son parte de la razón por la cual hacemos este deporte. Si cada competencia fuera perfecta, serían muy aburrido.
3.- Tu condición física es tu mejor día, no el peor
Algunos atletas se preocupan por su condición física todo el tiempo, y está bien, eso les ayudará a estar sanos en todo momento y, estar sano, es básico para poder entrenar. Piensa en cada día como el mejor momento para entrenar, aprender y mejorar.
4.- Una mala competencia puede ser un buen entrenamiento
Las razones fisiológicas por las que de una buena carrera sigue una mala pueden ser varias, fatiga, dolor muscular, en fin, lo cierto es que no importan las razones sino, simplemente, saber aceptar y resolver de la mejor manera posible. Si logramos aprender de nuestras fallas, habremos mejorado en nuestro deporte.
Si imaginamos que estamos construyendo un muro, una mala competencia es como un ladrillo más para seguir la construcción de nuestro muro. Y es un bloque grande, resistente, el tipo de ladrillos que no consigues en un entrenamiento normal. De hecho, un fracaso es un ladrillo que puede hacer más resistente tu pared.
5.- Eres un héroe
Al principio hablamos de CREER, de la valentía de tener confianza en uno mismo. Este es un elemento básico para cualquier atleta y, en este caso, para ser un “Héroe”. Aunque la mayoría de nosotros pensamos en un héroe como otra persona: esa leyenda, ese atleta, ese pro tiene mucho carácter. Pero al elegir correr estamos decidiendo por un deporte que te expone a ti mismo y CREES, y cambias en una mezcla impredecible de historias. Eres un héroe.
Cuando tomas la carrera como una aventura esperas experimentar todo tipo de sensaciones, y algunas no serán tan buenas, sin embargo, todas forman parte de la aventura. De la misma manera, los fracasos forman parte de los futuros éxitos. Nada se te regala al correr, todo te lo vas ganando tú mismo poco a poco. Y, finalmente, todos se siente héroes.
La magia que el personaje principal aprende en el libro “Once A Runner” es la misma epifanía que la mayoría de los atletas de toda la vida tienen eventualmente: no corres a pesar de los obstáculos, los obstáculos son los que la hace interesante. Pues bien, una mala competencia es una oportunidad para reflexionar y crecer en el camino. Los triunfos son increíbles, pero aprendes más de los fracasos.
Las buenas carreras importan, por supuesto. Hay que celebrarlas. Pero cuando te va mal en una competencia, es ahí donde sucede la magia, donde aprendes y creces y resuelves para hacer un salto valiente de tu confianza en ti mismo. Así es que, si puedes, trata de celebrar más las malas carreras. Es ahí donde te conviertes en un héroe de tu propia historia.
Tomado del artículo escrito por David Roche para: www.trailrunnermag.com
Acerca del autor:
David Roche trabaja con corredores de todas las habilidades a través de su servicio de entrenamiento: Some Work, All Play. Su libro: “The Happy Runner” es acerca de aceptarse así mismo en la vida corriendo, y está disponible en Amazon.
Traducción y edición por Claudia Plasencia para: www.asdeporte.com