Generalmente los artículos de cualquier deporte hablan sobre los atletas y los múltiples temas que giran en torno a ellos: sus entrenamientos, competencias, nutrición, lesiones, tecnología aplicada al deporte, entrenadores, sitios para entrenar, artículos deportivos desde ropa, zapatos, etc… Pero pocos artículos hablan de algo que, en sí, es muy importante: los ACOMPAÑANTES. Sí, la familia, el amigo, el esposo o esposa, los hijos, hermanos, primos, novio, novia y cualquier persona que tiene la atención y el gusto por acompañarnos y apoyarnos en todo momento en nuestro deporte.
Ciertamente, cuando pertenecemos a un equipo o club, es muy común asistir a las competencias junto con el equipo, y hasta cierto punto, ya no invitamos a nuestros seres queridos porque planeamos todo con los amigos del club de carrera, o con los triatletas, nadadores, etc. Sin embargo, no es lo mismo que al finalizar, en la meta, nos espere nuestro papá, o mamá, esposa, esposo, o mis hijos, o ese amigo especial que tanto estimo. Claro que los amigos siempre están ahí, pero, ciertamente, la emoción con la familia y seres queridos es diferente.
Mis papás siempre nos apoyaron en todo, cuando había festival o competencias en la escuela estaban ahí para animarnos a mis hermanos y a mí. Y cuando empecé a competir en carreras, el primer entusiasta que se sumo a ir a verme fue mi papá, y con él se llevaba a mi mamá y hermanas menores; era el más feliz cuando yo competía. A él siempre le gustó hacer deporte y practico de todo: carrera, box, frontón, futbol americano, tenis, entre otros. Y cuando empecé a hacer triatlón hizo algunos relevos y carreras también, en fin, era “mi gran compañero”. Ahora que ya no está no saben cuánto lo extraño y como me hace falta. Y, aunque físicamente no está ahí para echarme porras o en la meta para abrazarme, siempre escucho su voz que me dice: “Corre a tu paso, y ¡disfrútalo!”
Al poco tiempo de que empecé con las carreras y, en especial, con el triatlón, a mis hermanos les gustó la idea y ya no solo iban de compañía sino que también competían. Hoy en día, TODOS siguen corriendo, y por supuesto han seguido el ejemplo de mi papá para inculcar el deporte a sus hijos y para apoyarlos en todo.
Y no era yo la única que iba con su familia a los triatlones, también mis amigos y compañeros de equipo eran acompañados por sus papás y hermanos quienes también hacían relevos y, entre todos, hacíamos la gran fiesta y la pasábamos muy bien.
Hoy en día no sé cuántos atletas vayan acompañados de sus familias, pero espero que muchos puedan disfrutar del apoyo y compañía de sus seres queridos. Y ojalá muchos de ellos se sumen a hacer deporte. Tanto el triatlón como las carreras ofrecen muchas distancias y modalidades en las que toda la familia puede participar, incluso los más pequeños.
Pero, ¿por qué quiero dedicar esta nota a los acompañantes? Pues porque, como mencioné al principio, casi nadie habla de ellos y creo que son muy importantes no solo por la gran convivencia sino incluso para el mejor desempeño del atleta.
En más de una ocasión me ha tocado ir de acompañante y no es tan sencillo:
• Cómo acompañante te tienes que levantar igual de temprano que los atletas.
• Te toca esperar mucho tiempo antes de que inicie la competencia mientras ellos calientan, van al baño, acomodan su equipo en la transición, se quitan una y otra sudadera que te dan para que “las cuides” mientras compiten.
• Cuando inicia el evento buscas un buen lugar para ver la salida, y luego tratas de seguirlo lo más que puedas durante el recorrido. Las carreras son más sencillas, aunque si la distancia es mucha, como un medio maratón o un maratón y si el recorrido no pasa por donde estás, solo los ves salir y luego piensas: “ahora qué hago mientras el corre por más de 3 horas”. Por suerte, hoy existen algunas aplicaciones con las que puedes ir siguiendo a tu atleta en vivo.
• Si es un triatlón corto es más fácil seguirlo, pero si es un triatlón Olímpico y el recorrido no es en circuito, pues habrá momentos, como en la bici, que se pueden tardar más de hora y media en regresar. Y ni pensar en un IRONMAN 70.3 ó el IRONMAN completo, cuyo tiempo límite es de 17 horas. Sí, mientras tu nadas, andas en bici y corres tus acompañantes tienen la paciencia de esperar unas 10, 12, 13 horas o más a que termines, y no sabes cómo pero, pese a tantas horas, ellos estarán ahí con toda la energía para echarte porras no solo en toda la competencia, sino muy especialmente en los últimos kilómetros y esperar para abrazarte en la meta.
• Recuerda llevar tu celular con batería completa y, de ser posible, una cámara fotográfica para tomar mejores fotos.
• Lleva algo de comer y beber porque seguro te va a dar hambre y sed y nunca sabes si habrá algo por el camino. Además, algo podrás ayudar a tu atleta.
• También tienes que ir preparado para los cambios de clima, mientras más larga es una competencia, más la posibilidad de cambios de temperatura.
• Es conveniente llevar la información necesaria del evento, a qué horas arrancan, la ruta para ver dónde puedes seguirlo, y cualquier otro dato que te pueda ser útil.
• Algo que nunca te debe faltar es la PACIENCIA, que la verdad, cuando queremos a alguien la paciencia, cariño, estrategia, todo se nos da de maravilla.
• Y hasta aquí me he referido a acompañantes adultos sin niños, pero si para uno es complicado, imaginen lo que es para las mamas y sus hijos. Para los niños puede ser toda una aventura y juego, pero para las mamas que los tienen que cuidar y, además, estar al pendiente de su atleta, es todo un reto. Pero eso sí, pese a todo el trabajo, nunca pierden su sonrisa.
Definitivamente, la persona que te acompaña a un evento te quiere bien, te lo puedo asegurar. Porque no es solo la compañía el día del evento, o el fin de semana. Es TODOS LOS DÍAS mientras tú entrenas y te preparas. Cuando te levantas muy temprano y se queda ella o él solo en casa. Te despides y quizá no lo vuelves a ver hasta la noche, después de tu entrenamiento, te vas al trabajo y todas tus actividades. Y cuando llegas en la noche, estás cansado, solo quieres cenar, platicas un poco y te empiezas a quedar dormido. Los fines de semana hay que sacrificar fiestas y distracciones porque “tienes que entrenar al día siguiente”, o “estás súper cansado del entrenamiento”. En fin, que quien te apoya en tu deporte y te acompaña, te entiende, y, con seguridad, ¡TE QUIERE!
Por eso es que, en esta nota, quiero AGRADECER A TODOS LOS ACOMPAÑANTES, por su gentil, entusiasta y valiosa compañía, ya que su apoyo es determinante para un mejor desempeño del atleta. Y no solo con su atleta, sino con todos los competidores. Porque, ¿se imaginan qué sería una competencia SIN PÚBLICO?… Sin los gritos de: ¡Vamos, tú puedes!, ¡Ya casi llegas!, ¡Lo estás haciendo muy bien!, ¡Ánimo, ya falta poco!, etc. Una meta sin público ¡NO luciría igual!, sería un simple montaje de vallas, mantas y tubos. Los atletas y el público son quienes dan vida a las competencias, son los que dan la emoción al deporte y, los acompañantes, transmiten su energía positiva al atleta.
La verdad es que, quienes apoyan, se divierten entre ellos y hacen el evento mucho más divertido y emocionante. De hecho, en el pasado proyecto INEOS 1:59 Challenge, el recordista mundial de maratón, Eliud Kipchoge, uno de los puntos que consideró y solicitó como MUY IMPORTANTE para lograr bajar de las 2 horas en el maratón, fue el público. Kipchoge pidió pidió que todo el recorrido hubieran mucha gente echando porras porque las personas en grupo y unidas por una misma causa transmiten una energía increíble. Y también que su familia: esposa e hijos, estuvieran ahí para darle ánimo y ser una de las mayores motivaciones para lograr su objetivo. El cual consiguió, por cierto.
¡GRACIAS, MUCHAS GRACIAS A TODOS LOS ACOMPAÑANTES!
¡LO HEMOS DISFRUTADO EN GRANDE!
Su gran entusiasmo y ánimo nos ayudan a seguir adelante y, con ustedes, disfrutamos más nuestro deporte.
Por Claudia Plasencia para: www.asdeporte.com