Comer sal en la media exacta

Según la Organización Mundial de la Salud, el simple hecho de reducir el consumo de sal en un 15%, evitaría 8.5 millones de muertes en un periodo de diez años.

La sal que conocemos se denomina cloruro de sodio. Su consumo suele relacionarse, desde una mirada perjudicial para la salud, con hipertensión y presión arterial alta, trastornos cardiovasculares y apoplejía. Su uso, digamos, casero, cumple la función de conservar y sazonar la comida, aunque también está presente de forma natural en algunos alimentos.

Por sí solos y en cantidad mesurada, el sodio y el cloro, componentes de la sal común, ayudan a regular la presión arterial, controlar el equilibrio de fluidos en el organismo y mantener condiciones apropiadas para el desarrollo de músculos y nervios. Además, el sodio facilita la absorción de ciertos nutrientes, como la glucosa y los aminoácidos.

Un consumo recomendado de sodio sería de entre 2 y 6 gramos al día. Debemos considerar, también, que esta cantidad aumenta o disminuye dependiendo de las necesidades de cada persona: durante la etapa de menstruación, lactancia o al realizar una actividad física intensa que provoque sudor excesivo, los requerimientos serán mayores.

El sodio en nuestro organismo se encuentra dentro de las células y activa funciones importantes de todo el cuerpo, ayudado por el potasio. Sin embargo, a últimas fechas hay una concepción generalizada, en parte derivada de algunos estudios científicos, que afirma que la reducción del consumo de sal [cloruro de sodio] reduce la presión arterial, un importante beneficio sobre todo para personas hipertensas, obesas o ancianas.

En los últimos 20 años algunos científicos han detectado que, en general, nuestro consumo de sal es elevado e innecesario, y aconsejan reducir la cantidad a 3 gramos por día, ya que el sodio que nos aporta también podríamos obtenerlo al comer cinco raciones de fruta o verdura. Esta recomendación concluiría en una mejor calidad de vida y seríamos menos propensos a padecer enfermedades arteriales y cardiovasculares. Culturalmente, la sal se ha utilizado, además de sazonador, para conservar carnes y pescados, por lo que podría suponerse que esto eleva los niveles recomendados. Sin embargo, en el proceso de deshidratación que sufre la carne, se pierde la mayoría del sodio contenido en la sal. Por lo tanto, comerlos no implica rebasar la cantidad límite, contrario a lo que sucede con la comida precocinada o fast food, que contienen elevadas cantidades de sal.

No se trata de eliminar radicalmente la sal de tu vida, sino de aprender a consumirla en la justa medida. Para eso te presentamos aquí algunas recomendaciones:

• No sazones únicamente con sal, prueba con aceite, un poco de jugo de limón, ajo o pimienta
• Utiliza yerbas aromáticas y especias, como albahaca o azafrán
• Siempre ten a la mano alimentos bajos en sodio: uvas, papaya o manzanas
• Aunque se han vuelto muy populares, trata de evitar las sales de ajo y cebolla
• No pongas el salero en la mesa
• Al cocinar, utiliza una cuchara o la punta de un cuchillo para agregar sal a la comida. Evita las pizcas o «pellizcos», pues es más fácil que te excedas con estas medidas
• Utiliza un salero con agujeros pequeños

Para su buen funcionamiento, nuestro organismo necesita sal, de lo contrario podríamos sufrir náuseas y debilidad general. El consumo se vuelve peligroso cuando, como regularmente hacemos, consumimos 5 o 10 veces más de la cantidad requerida. El reto es aprender a equilibrar. NULL

Año nuevo, peso nuevo

El bajar de peso o aprender a comer de manera saludable son uno de los propósitos más comunes al iniciar el año. Seguramente habrás escuchado en esta época muchas dietas y métodos diferentes para lograrlo, sin embargo la mayoría implican pasar hambre, evitar platillos o alimentos que disfrutamos, evitar comer fuera de casa y hasta un probable rebote al terminar la dieta.

Pero no te preocupes, aquí te daremos algunos consejos para bajar de peso de manera saludable.

Para empezar, y pese a lo que oímos comúnmente, es muy importante que sepas que NO existen alimentos buenos ni malos, lo que es verdaderamente importante es la cantidad que consumimos. Es decir, una persona que come de forma moderada, normalmente logra controlar su peso con mayor facilidad.

Y para saber cuál es la cantidad adecuada que debemos consumir, el primer paso es ¡escuchar a nuestro cuerpo! Aquí te damos algunos tips para lograrlo:

• ¡Come despacio! Baja los cubiertos entre bocado y bocado y mastica lentamente, disfrutando los alimentos. Recuerda que hasta después de 20 minutos el cerebro manda la señal de que ya estás satisfecho.
• Olvida que “debes comer todo lo que está en tu plato”; termina de comer cuando te sientas satisfecho y no esperes hasta estar “demasiado lleno”.
• Recuerda que sólo debes comer cuando realmente tengas hambre, por lo que antes de hacerlo tómate unos segundos. ¿Estás seguro que no es por ansiedad o aburrimiento?
• No dejes de consumir alimentos que realmente disfrutas ya que esto aumentará la obsesión por los mismos. Recuerda: ¡la moderación es la clave!

Ten paciencia; recuerda que más que hacer una dieta tienes que esforzarte por crear hábitos de alimentación correctos que sólo se consiguen con esfuerzo y constancia. ¡Suerte y a lograr tus propósitos!

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Marca tu abdomen

Has hecho abdominales hasta caer reventado, todos los días durante los dos últimos meses, pero de tus músculos… ni rastro. ¿Sabes qué pasa? Nosotros sí.

Descuidar el trabajo aeróbico, aparte de no cuidar la alimentación. Si ejercicio aeróbico, por muy tonificada que tengas la pared abdominal, no vas a poder presumir tu lavadero. La explicación está en que los ejercicios abdominales queman pocas calorías. La incidencia del trabajo abdominal se da más a nivel de la propia fibra muscular, que se endurece e incluso aumenta de volumen, sin embargo, no hace nada por quitarse de encima la capa de grasa de reserva que la recubre.

Si quieres mostrarle tu abdomen al mundo tienes que saber que, más importante aún que perder peso, es perder peso en forma de grasa. Pesar menos y mantener o incluso aumentar la cantidad de grasa significa que estás haciéndolo mal: has eliminado músculo y agua. Esto es muy habitual en casos de dieta sin ejercicio.

Mantener el mismo peso y rebajar el porcentaje graso de tu cuerpo es una buen señal, propia de quien se ejercita, porque casi con total seguridad significará que estás intercambiando grasa por músculo. En este caso, aparte de tener un aspecto más saludable, tendrás un consumo energético mayor, incluso cuando estás en reposo, porque el músculo quema energía, a diferencia de la grasa: tu metabolismo estará más acelerado y será más difícil que vuelvas a ganar peso.

Si quemas calorías con un buen programa de ejercicios aeróbicos (bicicleta, correr, patinar, nadar, aeróbic, etc), que complemente a tu programa de abdominales, tirarás del “combustible que tienes encima del cinturón”, descubriendo esos músculos que se esconden debajo. NULL NULL

¿Por qué no te pones en forma?

Somos seres adaptables y esa capacidad que nos ha permitido amoldarnos a las condiciones cambiantes del mundo desde el principio de la humanidad es la que, a otro nivel, hace que nos pongamos más fuertes al entrenar. Te lo comentamos brevemente:

Partes de un estado de forma inicial y el entrenamiento hace que tu nivel de forma, efectivamente, disminuya, ya que te agotas, y tu capacidad de movimiento, fuerza, etc. son menores. El cuerpo reacciona volviendo a su nivel inicial de forma y un poco por encima del mismo. Este “poco por encima” del nivel inicial es la mejora, la llamada supercompensación.

* Si el siguiente ejercicio se produce sin haberse recuperado bien puedes incurrir en sobreentrenamiento, cayendo tu nivel poco a poco.
* Si lo haces en el periodo de supercompensación lograrás mejorar.
* Si entrenas pasado el periodo de supercompensación sólo te irás manteniendo, pero no lograrás mejorar.
* También se pueden hacer entrenamientos intencionados y muy bien medidos en la fase de recuperación para lograr una supercompensación más alta, pero es cosa de expertos.

Cada cualidad física (resistencia, fuerza máxima, potencia, etc.) tiene sus periodos diferentes de supercompensación, es una ciencia compleja que usan con precisión los mejores entrenadores para que sus deportistas lleguen a lo más alto. NULL NULL

Calambres ¿Qué son y cómo prevenirlos?

Imaginemos: una noche de sueño placentero después de un día de intensa actividad física.

Involuntariamente, mientras dormimos, un estiramiento desencadena la contracción de un músculo, digamos, detrás de la rodilla. Hay dolor e incrementa conforme avanza el tiempo. Es un dolor extraño: insoportable y cansado. Después, tranquilidad. Ha pasado todo. ¿Qué fue y por qué pasó?

Un calambre es una contracción súbita, casi siempre breve, incontrolable y dolorosa de las fibras de uno o varios músculos. Aunque han sido relacionados siempre con la práctica deportiva y los trabajos físicos prolongados, ya que la fatiga muscular y la pérdida de agua, sodio y potasio que sufre el organismo al sudar es una de las causas que propicia su aparición, también son causados por fumar; consumir alcohol, refresco de cola y café; mantener una mala postura mientras dormimos; bajas temperaturas; usar zapatos con tacón demasiado alto o sandalias planas no acolchonadas; durante el periodo menstrual o embarazo; por trastornos circulatorios a raíz de alguna cirugía o usar prendas demasiado ajustadas.

La causa de un calambre, como vemos, en realidad puede llegar a ser un misterio únicamente descifrable al conocer los hábitos de vida de cada persona, aunque existen especialistas que afirman que, más allá de la rutina diaria de cada caso, son determinantes un bajo nivel de calcio o potasio en la sangre, y la deshidratación del organismo.

Si bien los detonantes de un calambre son inciertos y muy variables, existen medidas preventivas que pueden ayudar a reducir la probabilidad de padecer uno:
 - 1 En caso de emergencia

Para controlar un calambre lo más pronto posible es recomendable estirar de inmediato los músculos contraídos para cambiar las sensaciones musculares de un impulso de contracción a otro de relajación.

Se ha dicho mucho, desde aplicar masajes con aceite alcanforado y un baño caliente; hielo para aliviar la hinchazón o compresas frías de agua y vinagre; sumergir los pies en agua helada durante no más de dos minutos para favorecer la circulación sanguínea; hasta fomentos calientes de flores de heno y manzanilla. Todos ellos forman parte de los remedios que de boca en boca se transmiten con el fin de aliviar un calambre.

Debemos considerar que cuando un músculo sufre una contracción severa, debe ser tratado como un miembro dañado y darle el cuidado adecuado, pues un descuido podría derivar en un desgarre de tejidos.

Si sufres calambres de forma recurrente y cada vez más intensos, es preciso acudir con tu médico para un diagnóstico profesional. NULL

Cumple 100 años la actual distancia del maratón

Seguramente alguna vez te haz preguntado porqué un maratón tiene un trayecto de 42 kilómetros con 195 metros, esa distancia exacta que parece una medida arbitraria. Bueno, de hecho lo es, pero, ¿de dónde viene y a qué causas responde dicha longitud?

Quizá también haz escuchado o leído la famosa historia, que en el año 490 a. de C. del soldado griego Filípides (algunos lo conocen como Fidipides o Pheidipides) a quien se le encomendó ir a dar la noticia de que habían ganado la batalla de Maratón, por lo que tuvo que correr la distancia entre esta localidad y Atenas, que era más o menos de 40 kilómetros, aunque no se sabe la medida con exactitud.

Varios siglos después llegaron los Juegos Olímpicos de la era moderna y la prueba del maratón se ubicó, desde sus inicios, como la prueba reina y la más espectacular de la jornada olímpica. Pero su distancia era un tanto variable rondando los 40 kilómetros.

La distancia actual…
Desde el año 1924, año en que se realizaron los Juegos Olímpicos en París, quedó oficialmente determinada la distancia que sigue siendo hasta la actualidad. A partir de ese momento quedó definida y reglamentada en 42 mil 195 metros o 26 millas con 385 yardas, que fue lo que midió exactamente la ruta de los Juegos Olímpicos de Londres en 1908.

A partir de ese momento, esta caprichosa distancia se fijó en 42 mil 195 metros (o 26 millas con 385 yardas) como la medida estándar internacional para definir definitivamente la prueba del maratón.

El reporte oficial de los juegos olímpicos nunca dio una explicación del porqué se decidió así, lo que hizo crecer los mitos y los suposiciones en relación a que todo se debió a la Princesa de Gales quería que sus hijos vieran la salida o que la Reina Alejandra quería que la prueba maratónica finalizara frente a su palco en el Great Stadium.  - 1 Los peripecias…
Los funcionarios encargados de organizar los Juegos Olímpicos encargaron al Comité Olímpico Internacional y al Consejo Olímpico Británico (BOC) para que midieran la ruta que se calculaba entonces en 40 kilómetros.

A su vez el BOC encargó a la Asociación Atlética Amateur (AAA) que midieran la ruta y ésta, por su parte, buscó el apoyo y la asesoría del Politécnico Harriers, uno de sus organismos dependientes.

En primera instancia se concibió la idea de que la carrera partiera del Castillo de Windsor, pasando por las famosas escuelas de Eton y Harow hacia el estadio.

La AAA quería que el maratón arrancara en los campos del Castillo de Windsor, pero por razones prácticas el Politécnico midió la ruta desde el lugar donde se encuentra la estatua de la Reina Victoria, al pie del castillo. Así que la distancia hacia del estadio era de 25 millas, más la vuelta al estadio, es decir, un total de 41 kilómetros.

Las refutaciones…
Esa primera propuesta no fue aceptada y vinieron las objeciones porque se percataron que las últimas millas del trayecto no contaban con las condiciones apropiadas para los corredores, pues el empedrado estaba disparejo.

Jack Andrew, asesor del Politécnico Harriers, hizo ajustes en la ruta y esto significó algunos cientos de yardas más. Finalmente se concluyó que la salida iba a ser en una de las terrazas del lado oeste del castillo, pero no precisamente por un capricho de la Princesa de Gales, sino porque los organizadores quisieron evitar que los espectadores obstruyeran la salida.

Con este ajuste se sumaron 300 yardas al trayecto, lo cual dio un total de 26 millas al principio de la pista que se sumó la vuelta al estadio (586 yardas y 2 pies) y finalmente quedó en 42.379 kilómetros.

Más ajustes…
La cosa no quedó ahí, pues los organizadores de los Juegos Olímpicos decidieron realizar un nuevo ajuste para recortarlo, de tal suerte que la meta quedó justo en frente del palco real.

Tanto los detalles de esta ruta como el mapa que se encuentran resguardados en los archivos del Politécnico Harriers confirman que la distancia del maratón se definió el 25 de abril de 1908.

No obstante, la primera ocasión en la cual se corrió el primer maratón de 42 mil 192 metros (la distancia oficial que se utiliza hasta ahora) fue en los Juegos Olímpicos de Londres el 24 de julio de 1908.  - 2 El dramático final…
En aquella mañana del 24 de julio de 1908 arrancó el maratón, sin imaginar el desenlace. Y es que en esta primera carrera, misma que ganó Dorando Pietro de Italia, seguido de Johnny Hayes de Estados Unidos y Tom Langboat de Canadá, fue dramática.

Si bien Pietro entró al Great Stadium en primer lugar, más tarde una fotografía reveló que el corredor italiano fue auxiliado por los oficiales antes de llegar a la meta. Por tal motivo, fue descalificado por el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos.

Así que Johnny Hayes, quien cruzó la meta en segundo lugar, obtuvo otro, mientras que Tom Langboat se hizo acreedor a la plata. Y como Pietro, era finalmente el mejor corredor del mundo, se le entregó la copa de la Reina como premio de consolación.

Correr, todo un rito

Participar en una carrera no sólo es ponerse los tenis, formarse en la línea de salida y salir en estampida. Correr, es mucho más que eso… Es, quizá, todo un ritual que inicia desde que el corredor se fija una meta para su primera, décima, vigésima o trigésima competencia.

Muchas veces, quienes corren sus primeros 5 kilómetros, llegan ahí con el objetivo de cumplir una apuesta, responder a una invitación o simplemente por el gusto de vivir la experiencia. Y como suele suceder siempre en la primera ocasión, rara vez la planean y se preparan para vivirla y recordarla.

Ellos, los primerizos, pocas veces se entrenan y si lo hacen, es sólo para terminarla. Se ponen la ropa más cómoda que encuentran y llegan poco antes de la hora marcada para medio estirarse. Desconocen la mecánica de las carreras: no saben si hay guardarropa ni cómo se sujeta el chip.

Así que, se acercan al corredor que suponen tiene un poco más de experiencia e imitan prácticamente todos sus movimientos. Sin querer, pues lo hace de manera más inconsciente que consciente, adopta un ritual cuyo sentido descubrirá carreras más tarde.

La iniciación…
De esa, su primera experiencia, dependerá si sigue adelante o de plano se retira. Pocos, realmente pocos, desisten. La mayoría se queda en este mundo, pues después de sentir esa adrenalina correr por sus venas, será difícil renunciar a ella.

Quienes deciden continuar en las carreras callejeras, poco a poco sentirán esa necesidad de plantearse objetivos inmediatos, de implementar estrategias de entrenamiento y encontrar ese motor “espiritual” que los impulse a llegar a la meta.

Al principio, muchas cosas las harán por inercia y otras más las adoptarán de otros camaradas o amigos que comparten la misma afición; las modificarán o las enriquecerá según su propia experiencia o de acuerdo a los resultados obtenidos.

Y así, de esta forma al principio empírica, poco a poco el corredor construirá lo que para algunos podría ser una metodología, pero para otros, es todo un ritual imprescindible sin el cual será complicado obtener los resultados esperados y ansiados.

El principio básico…
Si bien cada corredor le imprime un sello especial o característico, pues mucho depende de las creencias religiosas, místicas, esotéricas o simplemente científicas que tenga cada uno, muchos de sus rituales son similares y muy parecidos entre sí.

Y es que, la mayoría parte de un principio fundamental: una meta, un objetivo a cumplir. Ya sea simplemente terminar la distancia, mejorar su marca, figurar dentro de los primeros lugares de su categoría o subirse al podium de ganadores, el chiste es alcanzarlo.  - 1 La diferencia, quizá, está en la forma de conseguirlo. Muchos buscan un entrenador profesional o se inscriben a un club de corredores para aprender ciertas técnicas de entrenamiento. Otros lo hacen de manera autodidacta y si algo les funciona lo adoptan de por vida.

Más temprano que tarde, se darán cuenta que no basta un buen entrenamiento, sino que se requiere también de una dieta adecuada, fuerza de voluntad y también, lo que podríamos denominar “combustible espiritual o emocional”.

Las creencias…
Tanto en México como en el extranjero, muchos corredores mexicanos dedican la carrera a un ser querido: padre, madre, hermano, hijo, amigo, pareja o simplemente a Dios o a la Virgen de Guadalupe.

Eso, resulta para ellos, esencial puesto que en los momentos críticos de la competencia, cuando sienten que su cuerpo parece desfallecer, se aferran a la imagen de ese ser a quien no quieren fallarle y entonces no piensan en el dolor ni en el cansancio, solo imaginan llegar a la meta para abrazar a ese ser querido y decirle: “Misión cumplida”.

Otros corredores, por creencias o simple superstición, llevan a la vista o escondidos amuletos o utilizan playeras, shorts, muñequeras, calcetines, gorras, tenis, medallas o cualquier objeto que consideran de “buena suerte” para ellos.

Si no portan alguno de esos objetos, no reciben la bendición de un ser querido, no dedican la carrera a alguien o no se persignan antes de de la salida, se sienten desprotegidos e inseguros. Sienten que algo les falta, se distraen y, en algunas ocasiones, su rendimiento no resulta ser el mismo.

Al pie de la letra…
Ya sea por creencias, superstición o simplemente fe, un corredor creará e implementará su propio ritual. Casi nunca lo alterará y si lo hace, podría sufrir graves consecuencias.

Hay quienes preparan su “ajuar” desde un día antes, limpian sus tenis de la suerte y colocan en la playera su número de corredor. Se despiertan temprano y tratan de llegar mínimo una hora antes del arranque para estirar y ubicarse en el mejor lugar de salida.

Unos, antes de partir rumbo a la carrera, se comen un plátano, toman agua y van al baño. No vaya a ser la de malas y no puedan terminar debido a tan semejante necesidad. Y aunque cada corredor aplica un ritual distinto, de acuerdo a su experiencia y sus creencias, lo cierto es que sin él no podría llegar a cumplir su META.

En este tema, ha crecido a tal grado del ritual del corredor y su aspecto místico, que ya circula por ahí el siguiente rezo.

Oración del Corredor

Gracias te doy señor, por permitirme correr esta maratón.

Te agradezco por esta vida que me has dado, por dejarme penetrar en este mundo maravilloso del correr.

Por que cada día, en mi entrenamiento, me abres los ojos, los oídos, los pulmones, el corazón, y me permites a mi alma y a mi cuerpo adentrarse en la naturaleza que has creado para que yo la disfrute.

Gracias te doy, Señor, porque en la deliciosa soledad de mi entrenamiento me permites acercarme a ti, al tratar de comprender mejor a mis semejantes y a mí mismo, abriendo mi alma y mi cuerpo a todas las criaturas que has creado.

Te doy gracias porque has permitido que supere hoy lo que fui ayer.

Gracias te doy por mi cansancio, mi sudor, mis privaciones, mi soledad y por la inmensa alegría que me invade tras mi diario entrenamiento.

Gracias te doy, Señor, porque en mi diario correr permites que mi familia, mis amigos, mis vecinos y todas las personas que encuentro en los caminos, me saluden y me animen,

Te agradezco también, Señor, por dejarme conocer este mundo de dicha que es el correr y compartir con tanta gente corredora entusiasta con la que nos identificamos.

Gracias te doy, Señor, por este nuevo día, por permitirme ver el sol, respirar el aire, sentir la lluvia; por mi visa, por mi salud, por mi familia, por mis alimentos, por mi trabajo, por mis amigos, por mi entrenamiento, por mi entrenador, por mi descanso y… te pido, Señor…

¡Ayúdame a terminar esta maratón!

La cafeína

Desde hace cuatro años, la cafeína es un estimulante legal o autorizado en el deporte de alta competición y se considera una sustancia dopante sólo si se consume en altas dosis (de cinco a seis tazas diarias de café cargado).

Según científicos de la Escuela de Ciencias del Deporte de la Universidad de Birmingham, el consumo de esta sustancia psicoactiva considerada la más usada en el mundo, estimula la secreción de adrenalina, lo que acelera la liberación en la sangre de ácidos grasos almacenados en el tejido adiposo.

Esto permite que, durante los primeros minutos de la actividad física, el organismo utilice primero los ácidos grasos y posteriormente la glucosa, protegiendo y administrando de una manera más efectiva las reservas mínimas corporales de energía.

Quizá por eso la cafeína y sus efectos en el organismo no sólo son comparados con otros productos como la jalea real, el ginseng o el polen, sino también considerados de gran utilidad durante el entrenamiento deportivo, la competencia y la recuperación.

Sus pros
La cafeína (alcaloide producido por las hojas, las semillas o los frutos de unas 60 variedades de plantas en el mundo) es una sustancia que penetra con facilidad en las células del organismo y estimula la transmisión de los impulsos entre las neuronas.

De hecho, se ha demostrado que una cantidad diaria de cafeína inferior a 300 mg, equivalente a dos o tres tazas de café, tonifica el organismo, alivia la fatiga, retrasa el cansancio y favorece las funciones intelectuales.

Aunque su valor nutritivo es muy bajo porque sólo contiene potasio, magnesio, calcio, cromo y niacina, la cafeína no se acumula en el organismo, sino que se degrada en el hígado y se elimina por la orina entre tres y seis horas después de su consumo.  - 1 Sus contras
Como tienen un leve efecto diurético, el consumo de grandes dosis puede provocar diuresis (excreción excesiva de líquidos que puede ocasionar deshidratación). Por ello, es de suma importancia que tanto el entrenador como el atleta lo consideren antes y durante una competencia.

Si bien, su consumo frecuente lleva consigo una adaptación, las personas habituadas a la cafeína pueden experimentar síntomas de cansancio, irritabilidad, falta de concentración o dolor de cabeza, esto si no la ingieren en su dosis habitual.

El consumo excesivo de cafeína puede provocar, además de que se presenten frecuencia cardiaca rápida, náuseas, vómitos, intranquilidad, ansiedad, depresión, temblores e insomnio.

Su consumo
Por ser una sustancia ampliamente distribuida entre las bebidas y alimentos consumidos por deportistas, el Comité Olímpico Internacional (COI), ha establecido cantidades limitadas para su consumo.

Aunque depende de cada atleta, el consumo de 100 a 300 mg de cafeína se considera dosis terapéutica. Así que una porción de 5 mg/kg de peso corporal desencadenaría un efecto estimulante y estaría dentro de los límites aceptados por el COI.

Por lo tanto, en los deportistas que creen en el efecto beneficioso de la cafeína, una dosis recomendable y permitida para una persona con un peso de 59 kg (por ejemplo), sería de 295 mg (59 kg X 5 mg = 295), lo que corresponde de dos o tres tazas de café.

Contienen cafeína
En tiendas, supermercados y farmacias se pueden encontrar infinidad de bebidas y productos que contienen, en distinta proporción, cafeína:

– Bebidas deportivas
– Chocolates
– Café
– Té negro
– Té verde
– Refrescos de cola
– Medicamentos (para la tos, analgésicos, supresores del apetito, para el resfriado, etc.)
– Bebidas energéticas

Contenido de cafeína en distintos alimentos y bebidas:
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Tres trucos titánicos

La disciplina del triatlón ha cobrado gran relevancia, pero no solamente es cuestión de nadar, correr y pedalear todo lo que puedas. En el triple deporte hay muchos pequeños detalles que suponen grandes diferencias, recuerda que las cosas simples son las que al final pueden marcar una diferencia sustancial entre hacer una excelente competencia o tener que esperar a la siguiente. Aquí te sugerimos tres cosas:

Entrena con pesas
Si no trabajas en el gimnasio te estancarás, así de sencillo. Acude, un par de veces por semana, a ejercicios en el gimnasio. Los mejores movimientos para ti son los que se asemejan a los gestos deportivos, es decir, aquellos que emulan lo que haces al momento de nadar, correr o pedalear. Los desplantes por ejemplo, son similares a las zancadas realizadas al correr, o las dominadas que tienen similitud con la brazada al nadar.

Come sin miedo
Los triatletas toman una gran cantidad de calorías por día, ya que están sometidos a un gran desgaste. Si empiezas a entrenar en serio aumenta tu ingesta de forma importante y recurre a carbohidratos complejos, proteínas magras y grasas sanas.

Perfecciona tus transiciones
Se puede perder mucho tiempo en el cambio de un deporte a otro. Entrena específicamente cada transición y aprende de memoria lo que debes hacer para evitar perder segundos. Piensa en formas para vestirte más rápido (si te tienes que vestir), ponerte los tenis en tiempo récord e hidratarte sin estorbar tu avance. NULL NULL

Mauricie Natural

Abrir la ventana de la habitación, para ver un paisaje habitado por su naturaleza y fauna, fue lo primero que pensé al imponerse ante mi tanto verde, tanta agua y semejante frescura. El aire me limpió al aspirarlo, mientras que al mismo tiempo su ligereza tocaba mi piel. Estaba en un lugar enclavado en el bosque quebequense, donde algunos humanos y muchos animales cohabitan en armonía. En verdad se impone tanta vegetación, me sentí cobijado por bosque, agua y el cielo azul.

Lo primero que me sedujo fue entrar al agua, de lejos se ve azul oscuro, pero adentro es profundamente transparente, tanto en Lac-à-L’Eau-Claire como en Sacacomi, ambos sitios perfectos para adentrarse en las entrañas de la natural Québec. Nadé por un buen tiempo, el agua no era fría y tenía un dulce sabor, además pude abrir mis ojos y aún sin los gogles apreciaba el fondo del lago a unos cuatro metros.

Por la tarde me esperaba un delicioso almuerzo, una trucha nativa de la región de Mauricie, precisamente del lago donde nadaba. Había sido pescada temprano esa misma mañana, en la mesa me acompañada de un buen vino canadiense y una vista a las montañas que no me cansaba de observar.

Horas antes del anochecer, que en el tiempo del verano por estos rumbos se aproxima a las diez, fui al bosque a buscar a dos de sus más reconocidos habitantes. Primero sería al simpático e ingenioso castor, que en Mauricie goza de mucho terreno, y como los humanos, puede transformar la geografía del lugar. Curioso animal que al escuchar el agua correr de pequeños riachuelos crea su hogar, cortando y recolectando grandes, medianos y pequeños troncos de árboles que estén a su alcance. Es así como bloquea el paso del agua en la parte angosta del pequeño río, para inundar la parte anterior y formar una pequeña presa dónde construirá su hogar y formará una familia en armonía. Su vida transcurre entre agua y troncos, alimentándose de plantas y refugiándose en su guarida cuando el peligro acecha.

Después fui a visitar al amoroso, regordete y goloso oso negro, bello y tierno desde lo lejos, pero peligroso e imponente de muy cerca. Habitan miles de ellos en los bosques de Mauricie y su encuentro con humanos es constante y en ocasiones con fines trágicos en ambos lados, pero si se respeta su territorio y se toman medidas de seguridad puede ser un encuentro mágico y curioso entre osos y humanos. Verlos comer miel y moras en su hábitat natural es asombros y divertido… siempre los hemos visto en cuentos, animaciones y documentales, pero muy diferente es, tenerlos a metros de distancia presenciando su goloso apetito.

A la mañana siguiente volé en hidroplano, a baja altura y distancia cercana para apreciar los cientos de lagos de la región y el bosque impenetrable y virgen que aún mantiene Mauricie. A una hora de distancia por aire, el destino era el tradicional y centenario club de pesca Seigneurie du Triton, situado más allá de dónde termina el camino para autos, accesible sólo por aire o por agua, una antigua casona del siglo diez y nueve, ahora convertida en hotel para aquellos visitantes que gustan de ver las estrellas por la noche, alejarse de lo urbano y convivir con viajeros y aventureros modernos en las antiguas salas del lugar.  - 1 El río nos llevó a sus puertas una vez que acuatizamos, esa misma tarde salí a remar en canoa india, hincado a la usanza tradicional… sólo en el río, esperaba encontrarme con mi recién conocido el oso negro, tal vez bebiendo a la orilla del río en el atardecer, antes de iniciar sus actividades nocturnas. Remé solo, rodeado de pinos y bosque quebequense, tupido e impenetrable, escuchando los ruidos de la naturaleza de Mauricie, justo antes del anochecer, el que mas me sorprendió fue el del pato canadiense, que cuando nada lleva a sus críos en el lomo, volando sobre mi tal vez advertía de mi presencia a su parvada.

Con los últimos rayos de luz me acerqué al club de pesca Seigneurie du Triton, dónde me esperaba una deliciosa cena, pato de la región y otras suculencias de la cocina francesa, creadas por su chef, originario de Francia.

Después de cenar salí a caminar por las orillas del bosque, soplaba una leve brisa que sacudía las ramas de los árboles creando el tradicional sonido que tanto misterio da al bosque por las noches. Al no haber luces de ciudades o poblaciones cercanas pude observar un sin fin de estrellas en el cielo, no sabía que se pudieran ver tantas, era un cielo negro con miles de pequeñitas luces brillantes. Finalmente así disfruté del domo de luces en el universo a la orilla del río que parece lago, en compañía de una cálida fogata y lo oscuro de la noche.

A la mañana siguiente partí rumbo a la ciudad de Québec, en bote llegué a la estación de tren, que en realidad era una pequeña cabaña donde no había nadie, solo estábamos los que viajaríamos, a los pocos minutos llegó el ferrocarril. El recorrido fue majestuoso, entre profundas cañadas, bosque y un hermoso río que nos acompaño durante gran parte del trayecto, al cual me deleitaba observando para descifrar sus corrientes y posiblemente en un futuro descender en balsa, canoa o kayak.

Mas tarde estaba ya en la hermosa ciudad de Québec, donde justo ahora se celebra el cuatrocientos aniversario de su fundación, sol, artistas de la calle y hermosa arquitectura fueron los protagonistas del inicio del festival de verano de la ciudad.

Sin duda que visitar la provincia de Québec en Canadá es una experiencia llena de asombros irrepetibles, su naturaleza, cultura, arquitectura y gastronomía la hacen de los mejores destinos del mundo. NULL