El triatlón es un deporte muy joven pero ha llegado a mucha gente sin importar género, nacionalidad o religión, es una pasión que poco a poco ha ido conquistando los corazones de muchos atletas y Asdeporte conoció a un TRIATLETA SACERDOTE descubre cual es su experiencia y su estilo de vida.
1. ¿Cuál es tu nombre y Cuántos años tienes?
David Bolaños Villanueva, tengo 40 años
2. Platícanos tu experiencia siendo un sacerdote triatleta
Sin duda una experiencia enriquecedora, al vivir el ministerio sacerdotal con el trabajo y responsabilidades que le son inherentes, pero a la par realizando también con esfuerzo y disciplina esta actividad deportiva que me motiva en mi trabajo y me da la satisfacción (podría decir tal vez el placer) de hacer lo que algún día añoré y ahora con mucho gusto realizo en las competencias y en los entrenamientos. Además con la particularidad de que siendo sacerdote he entablado buenas amistades y asistido con mi ministerio (bautizos, bodas, confesiones, compañía, etc.) desde amigos atletas, mecánicos, empresarios del deporte, así como empleados de hoteles, acompañantes en el viaje, etc.
3. ¿Cómo y cuándo empezaste tu vida como atleta?
Desde niño tengo la experiencia de competir, recuerdo que me sacaban de clase para ir al estadio y representar a mi escuela en carreras, tengo algunos podios desde entonces, en una ocasión me descalificaron porque al llegar a la meta me pare antes de romper el listón porque no sabía que así tenia que ser y yo no lo quería romper.
Estuve en Europa (6 años en la Universidad de Innsbruck en Austria) fui muy constante en la alberca, me iba en bici a las instalaciones deportivas he practicado otras actividades como el esquí en nieve, subí a los Alpes y hasta he patinado distancias largas.
Cuando regrese a México, de inmediato me topé con la oportunidad de entrenar en la alberca olímpica, y en algunos otros clubes, hasta que después de ver un anuncio de un triatlón recordé que algún día me había admirado un evento y deseaba poder realizar uno, entonces me dije: Sé nadar, siempre he usado bicicleta y también he corrido y desde el 2008 compito en triatlones, duatlones, carreras, maratones, ya participe incluso en un Ironman 70.3, y desde entonces el deporte competitivo ha formado parte de mi vida y de mis proyectos personales. 4. Cuéntanos ¿cómo puedes vincular el sacerdocio con tus entrenamientos?
El día tiene 24 horas si tomo algún par de ellas en la mañana y otras en la tarde o noche no descuido mi ministerio y hago lo que tanto me gusta. Aunque ya en algunas ocasiones me he quedado con la maleta lista y el vuelo en la mano por cuestiones de trabajo, que es la prioridad; busco algún club cercano y además tengo en la Rectoría donde vivo mi propio gym de tal manera que no hay pretextos y siempre la oportunidad de entrenar.
5. ¿Qué te motiva a seguir adelante con esta pasión?
El bienestar integral, los amigos, el ambiente de las competencias, la satisfacción, además \”Orandum est ut sit mens sana in corpore sano\” es una cita latina que proviene de las Sátiras de Juvenal (Sátira X, 356) El sentido original dela cita es el de la necesidad de orar para disponer de un espíritu equilibrado en un cuerpo equilibrado y el deporte es una gran ayuda. Junto al deporte también comparto la integralidad de la formación que nos ofrece la Iglesia en las ciencias humanas y las artes. También creo que soy un buen testimonio para los jóvenes de mi comunidad de una practica buena que promueve la integralidad y el bienestar del individuo en contra de tantos malestares que atormentan a las nuevas generaciones.
6. ¿Qué consejo le podrías dar a la comunidad en cuanto al deporte?
Me uno a las palabras de Juan Pablo segundo y comparto estas recomendaciones Jubileo de los deportistas, Discurso de Su Santidad el Papa Juan Pablo II, a los participantes en el Congreso Internacional sobre el deporte. Roma, sábado 28 de octubre de 2000.
Amables señoras y señores:
1. Con mucho gusto intervengo en vuestro Congreso internacional sobre el significativo tema: ”En el tiempo del jubileo: el rostro y el alma del deporte\”.
El deporte es seguramente uno de los fenómenos importantes que, con un lenguaje comprensible a todos, puede comunicar valores muy profundos. Puede ser vehículo de elevados ideales humanos y espirituales cuando se practica con pleno respeto de las reglas; pero no alcanza su auténtico objetivo cuando da cabida a otros intereses que ignoran la centralidad de la persona humana. 2. El tema habla de \”rostro\” y de \”alma\” del deporte. En efecto, la actividad deportiva, además de destacar las ricas posibilidades físicas del hombre, también pone de relieve sus capacidades intelectuales y espirituales. No es mera potencia física y eficiencia muscular; también tiene un alma y debe mostrar su rostro integral. Por eso el verdadero atleta no debe dejarse arrastrar por la obsesión de la perfección física, ni ha de dejarse subyugar por las duras leyes de la producción y del consumo, o por consideraciones puramente utilitaristas y hedonistas.
Las potencialidades del fenómeno deportivo lo convierten en instrumento significativo para el desarrollo global de la persona y en factor utilísimo para la construcción de una sociedad más a la medida del hombre. El sentido de fraternidad, la magnanimidad, la honradez y el respeto del cuerpo -virtudes indudablemente indispensables para todo buen atleta-, contribuyen a la construcción de una sociedad civil donde el antagonismo cede su lugar al agonismo, el enfrentamiento al encuentro, y la contraposición rencorosa a la confrontación leal. Entendido de este modo, el deporte no es un fin, sino un medio; puede transformarse en vehículo de civilización y de genuina diversión, estimulando a la persona a dar lo mejor de sí y a evitar lo que puede ser peligroso o gravemente perjudicial para sí misma o para los demás.