La participación de las atletas mexicanas en distintas competencias a nivel internacional se ha destacado por el desempeño y los resultados que han derivado en medallas y reconocimientos. En los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, Soraya Jiménez se convirtió en la primera mujer en obtener una medalla de oro para México. En total, suman hoy 18 medallas olímpicas obtenidas por mujeres mexicanas.
Te presentamos a tres mujeres que con mucha dedicación y entrega ingresaron a los podiums en el mundo del atletismo.
Mónica Olivia Rodríguez Saavedra
El retinoblastoma –un tipo de cáncer que afecta el ojo– pudo quitarle la vista, pero no la oportunidad de triunfar en el deporte, Mónica intentó incursionar en la natación, pero no logró captar su atención.
Después se acercó al atletismo, en sus entrenamientos se dio cuenta que contaba con dos habilidades: velocidad y resistencia. Por lo que comenzó a participar en carreras de medio fondo en la categoría T11, asignada a los atletas con discapacidad visual casi total, por lo que deben correr con un guía vidente y un antifaz para que todos los competidores tengan las mismas oportunidades.
Asistió a los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, su primera competencia a nivel internacional, ahí ganó la medalla de bronce, pero sin duda la victoria más grande la recibiría en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. En esa ocasión cruzo la meta al lado de Kevin Aguilar, su compañero y guía, estableciendo un nuevo record en los 1,500 metros con un tiempo de 4 minutos, 37 segundos y 40 centésimas. Para Mónica fue emocionante sentir la medalla de oro que rodeaba su cuello, mientras escuchaba el himno nacional.
En el 2022 Mónica Rodríguez ganó el primer lugar en el Maratón de la Ciudad de México en la categoría débiles visuales con un tiempo de 03:28:58, sigue preparándose para los siguientes retos. Ella sabe que el éxito no es cuestión de suerte, si no de muchas horas de entrenamiento y constancia, dónde no hay límites.
María Guadalupe “Lupita” González
– “Les quedo a deber el oro” -,fueron las palabras de Lupita González, luego de obtener la medalla de plata en marcha de 20 kilómetros, en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. En esa ocasión fue amonestada en el kilómetro 18, pero eso no le hizo perder la concentración, conservó su ritmo y llegó atrás de la atleta china Liu Hong.
Su primer contacto con el deporte fue en el box, pero su bajo peso corporal le impidió avanzar. Cambió los guantes por las pistas, deseaba ser velocista como Ana Gabriela Guevara. Una lesión en los entrenamientos la dejaron fuera por un tiempo, y para no perder condición le aconsejaron hacer marcha.
Al principio González no estaba convencida, porque no encontraba mayor reto en mover las caderas de un lado a otro para avanzar, los movimientos que debía desarrollar en los entrenamientos le generaban burlas de las personas que la veían. Sin embargo fue esa modalidad la que abrazó su talento y comenzó a competir.
En los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, Lupita cruzó la meta obteniendo el primer lugar y segundos después se desplomó. Fue un momento de júbilo para la atleta y la comunidad deportiva, las medallas por esta disciplina habían regresado a México en el cuello de una mujer.
En el 2018 Lupita González recibió una sanción por parte de la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo, después de que una prueba de dopaje diera positivo a una sustancia prohibida (trembolona) por lo que no podría competir en 4 años. En el 2022 el Tribunal de Arbitraje Deportivo, agrega una nueva sanción de 4 años más por irregularidades en su caso, dejando a la atleta fuera de competencias hasta el 2026. Pero eso no ha impedido que siga entrenando todas las mañanas en el Parque Bicentenario o en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano.
Ana Gabriela Guevara
La vida de Ana Gabriela Guevara cambió cuando recibió de las manos de su entrenador un plan de vida de quince años como atleta, cuando ella solo contaba con 17 años. Concentrada en lograr los objetivos planteados entrenó todos los días desde las 5 de la mañana, forjó sus victorias con disciplina y trabajo duro, dejó atrás los estigmas sociales respecto a su físico para correr representando a México en las pistas.
En el Campeonato Iberoamericano de Atletismo de 1998 en Lisboa obtuvo sus primeras medallas, oro en 4X400 metros, plata en 800 metros y oro en 400 metros planos. Llegó a la cima de su carrera en 2003, fue en la Gala Atlética Grand Prix que se realizó en el estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, donde Ana Gabriela Guevara rompió el record mundial de los 300 metros con un tiempo de 35.30 segundos, ese mismo año obtuvo la medalla de oro en los 400 metros en el Campeonato Mundial de París.
En el 2004 sufrió una lesión en el tendón de Aquiles, trabajó duro en su recuperación y 100 días después, estaba corriendo en la pista de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde consiguió la medalla de plata por los 400 metros.
Ana Gabriela Guevara anunció su retiro en el 2008, luego de un conflicto con la Federación Mexicana de Atletismo, más tarde incursionó en la política, fue Senadora del estado de Sonora, Diputada Federal y desde el 2018 está al frente de la CONADE (Comisión Nacional de Cultura Física y el Deporte).
Guevara se convirtió en un referente de velocidad, concentración y triunfos en el ámbito deportivo. Con el tiempo pudo comprobar que tener un plan a largo plazo con objetivos claros, puede producir buenos resultados. Su historia ha motivado a otras jóvenes para incursionar en el atletismo.
Por Sonia Yáñez para: www.asdeporte.com