El asma es una enfermedad crónica de las vías respiratorias, donde los tubos que trasladan al aire hacia adentro y fuera de los pulmones si se irritan, se estrechan y se recibe menos aire, lo que puede causar la respiración con un silbido, tos, rigidez torácica y dificultades respiratorias, especialmente temprano en la mañana o en la noche.
Hay ciertos factores que pueden agudizar los síntomas, como sería el estar en contacto con el polvo, el polen, el humo del tabaco, la contaminación, el moho e inclusive las mascotas peludas. El ejercicio es un factor desencadenante, pudiendo llevar inclusive a un ataque asmático, también el estrés emocional.
Dado que los síntomas se producen por una estrechez en los bronquios, el tratamiento para este padecimiento se trata con broncodilatadores, para permitir un adecuado paso de aire por las vias respiratorias. Aunque hay dos tipos de medicinas para el tratamiento: medicinas para el alivio rápido y detener los síntomas del asma y medicinas para controlarla a largo plazo, que previenen la aparición de los síntomas, es de gran utilidad identificar los factores desencadenantes para evitarlos, o tomar las medidas necesarias para convivir con ellos (con frecuencia los ataques provocados por el ejercicio pueden evitarse tomándose con antelación el medicamento indicado).
La farmacoterapia permite que la mayoría de los asmáticos lleve una vida relativamente normal, tal es el caso de la triatleta australiana Emma Snowsill, quien participará en los próximos Juegos Olímpicos de Beijing 2008, incluyendo en su equipo de competencia, su inhalador. El año pasado, en la Copa del Mundo de Des Moines, Emma no pudo terminar la competencia, dado que se empezó a sentir muy mal, con mucha tos y varios síntomas que nunca antes había tenido. “Pensé que era solo una gripa y me sentía así por el aire seco” dijo, “no tenía antecedentes familiares de asma”. Aunque tuvo un buen año de competencia, algunos síntomas siguieron, llegando a pensar ella, por el cansancio con que terminaba los entrenamientos, si no tendría fatiga crónica. En el otoño se le diagnosticó el asma. Empezó entonces a tomar su medicamento y todo volvió a la normalidad. Este no es un caso aislado de una atleta con asma, a Dara Torres, nadadora de 41 años de edad, que formará parte del equipo olímpico estadounidense, le diagnosticaron la enfermedad desde 1992, a partir de entonces ha tomado sus medicamentos. No falta quien ha dicho que, debido a su uso, tiene tan buen desempeño. Los expertos en el tema del asma y del dopaje coinciden con que los inhaladores permiten a los enfermos respirar normalmente, no a ser mejores de lo normal, y que no le hacen nada, a los atletas que no están enfermos.
A algunos atletas se les permite tomar cierto tipo de corticoesteroides, siempre y cuando lo amerite la enfermedad, para prevenir la inflamación de las vias respiratorias y puedan mantener alejados a los síntomas del asma. También se les permite administrarse algunas otras drogas inhaladas, para relajar a las células musculares de las vías respiratorias, disminuyendo los síntomas. Algunas de estas drogas pueden hacer que aumente el músculo y disminuya la grasa corporal si se inyectan o si se toman oralmente, pero en las dosis recetadas a los asmáticos, e inhaladas, no contribuyen de ningún modo al desempeño deportivo.
Para sostener esto, se han hecho diversos estudios, dando placebos o medicamentos a diversos participantes, donde ni ellos ni los médicos sabían quién tomaba qué, y en ningún caso se probó la mejoría en el desempeño.
Para que una droga esté en la lista de sustancias prohibidas por la WADA, debe cumplir con dos de tres condiciones: tomarla debe aumentar o potenciar el desempeño, poner en riesgo la salud del atleta y/o viola el espíritu deportivo.
Si una persona sin asma toma el medicamento, no obtiene ningún beneficio, pero los efectos secundarios por tomarlos pueden poner en riesgo su salud. Si un atleta que usa el medicamento con miras a obtener una ventaja en la competencia está violando el espíritu deportivo, por lo que entonces el medicamento puede ser prohibido. No hay duda de que muchos atletas de alto rendimiento tienen asma, y que los síntomas de la enfermedad pueden manifestarse por un ejercicio intenso, pero pueden aprender a vivir con la enfermedad como lo ha hecho otra gran atleta: Paula Radcliffe, maratonista que tiene el record mundial. El asma le fue diagnosticado a los 14 años de edad, al desmayarse mientras entrenaba por no poder respirar. Se le dificulta entrenar sin sus medicamentos, pero tiene que hacerlo, ya que para que le autoricen tomarlos, debe dejar de usarlos 10 días antes de que le hagan las pruebas de la enfermedad.
En 1998, los investigadores hicieron pruebas a los miembros del equipo olímpico norteamericano de deportes de invierno y detectaron que la cuarta parte padecía de asma, contra el 5% que padece la población general.
Los nadadores, corredores, ciclistas y esquiadores son los principales que la padecen, pudiendo ser por estar más tiempo expuestos a los contaminantes y al aire seco: si tienen cierta predisposición a la enfermedad, si tienen vias aéreas especialmente sensibles a los irritantes y se exponen a ellos, manifiestan el asma.
Aunque en Beijing se está trabajando para reducir la contaminación ambiental, en agosto será la temporada de polen. Hay equipos como el norteamericano que están tomando sus precauciones, ya que nadie desea que a algún atleta que ha sido asintomático hasta la fecha, dadas las condiciones del lugar, se le manifieste la enfermedad en el evento deportivo más importante del mundo: los Juegos Olímpicos.
Bibliografía:
– Triathlete Says Inhaler Helps Keep Her Moving
New York Times, July 22, 2008 – By JOHN BRANCH
– Asthma Medications: Not a Clear Advantage
New York Times, July 22, 2008 – By GINA KOLATA
– Asma: Medline Plus, Información de Salud para Usted
– Asma: www.msd.com.mx