Aram Peñaflor busca un lugar en los Juegos Olímpicos París 2024

Aram Peñaflor (México)

El primer triatlón de Aram Michell Peñaflor Moysen fue terrible. Los dueños de la alberca donde estaba aprendiendo a nadar, lo invitaron a participar en el Triatlón en Boca del Río. Ellos practicaban este deporte y solían competir, incluso habían realizado ya un Ironman; pensaron que sería una oportunidad para que el adolescente de 13 años pudiera experimentar algo nuevo. El resultado alejó al chico un año de este deporte.

“Me invitaron al triatlón de Veracruz, un evento al que siempre asistían, el más grande que había en la República. Me dijeron: te prestamos bici, te prestamos todo, vas lo haces a ver qué te parece. Fue el primer triatlón que hice y me acuerdo que no me gustó, porque en primera no había entrenado para eso. La bicicleta me la prestaron, yo nunca lo había hecho, nunca había nadado en el mar. Entonces fue una mala experiencia para mí.”

El futbol, su primer contacto con el deporte

Desde muy pequeño Aram aprendió a patear el balón, pues en su casa son aficionados al fútbol. El América es su equipo. Incluso en la vivienda de la familia Peñaflor Moyssen, en Zinacantepec, Estado de México, instalaron unas pequeñas porterías. Ahí Aram jugaba cascaritas con sus hermanos. Con el tiempo, los intereses deportivos de Aram cambiaron, ahora está al pendiente de la natación, el atletismo y el triatlón. Hoy ya no le gusta el fútbol, aunque en ciertas ocasiones ve algún partido de la selección nacional.

Su familia procuró que aprendiera a nadar para evitar algún accidente, así que lo inscribió en una escuela de natación.

“Mi mamá siempre quiso que nadara para que no me ahogara, porque me gustaba meterme a las albercas. Entonces me metió a clases.”

El regreso al triatlón

Un año después de la amarga experiencia en su primer triatlón, Peñaflor retomó este deporte. Sabía que para obtener mejores resultados sería necesario iniciar un entrenamiento formal, así que comenzó su preparación con el entrenador cubano Carlos Rodríguez López —quien actualmente prepara al equipo de Cuba en Triatlón—. El triatleta consiguió su primera bicicleta, una que se ajustaba a sus necesidades y que complementaba con la natación y por supuesto la carrera. Con Rodríguez aprendió la disciplina que requería un entrenamiento en forma que más tarde lo llevaría a participar en otros eventos.

Sin embargo, Carlos Rodríguez tuvo que regresar a su país. Aram vivió la incertidumbre: continuar con el triatlón o dejarlo por la paz.

“Con Carlos conocí esto del triatlón, así ya, formalmente. Los cubanos son muy disciplinados y todo el rollo, entonces como que me inculcó eso, pero tuvo que regresarse en su país. Yo estuve como un año entre sí seguía o no. Total, al final terminé con la decisión de seguir, pero ya no en Toluca, sino en Jalisco”.

Así fue como el joven triatleta se trasladó a Guadalajara a los 16 años, luego de que su madre tuviera la oportunidad de hablar con el entrenador Luis Miguel Chávez Rincón, para comentarle que su hijo tenía un buen desempeño en triatlón y que estaba interesado en integrarse a su equipo. El entrenador aceptó poner al chico a prueba un mes.

La vida en Jalisco

Aram Peñaflor estaba satisfecho con el tipo de entrenamiento que realizaba con Luis Miguel Chávez, así que realizó los tramites para terminar sus estudios de preparatoria y de ahí pasar a la Universidad del Valle de México, en Guadalajara.

Además de la escuela, cambió su entorno social para adaptarse a su nueva vida, lejos de Zinacantepec. No sería una tarea fácil pero su motivación estaba clara: ser un atleta de alto rendimiento en triatlón.

“Sí fue complicado al principio, pero yo tenía clara mi idea de hacer el triatlón. No me importó tener que dejar cosas atrás, tener que empezar otra vida social o algo así. El triatlón siempre fue mi objetivo principal. Luego me empezó a ir mal, quería dejarlo; pero lo pensé bien porque estaba haciendo lo que me gusta, lo que realmente vine a hacer a Guadalajara”.

“Mi vida social estaba con los atletas del entrenamiento. Como vivía en Guadalajara y toda mi familia está en Toluca, no podía asistir a fiestas familiares. No estoy con ellos. Aunque en mi familia están conscientes que estoy dando el cien por ciento”.

Apoyo icondicional: mi familia

Los padres de Aram Peñaflor Moyssen conocían la dedicación que estaba poniendo su hijo al triatlón, por eso buscaron la forma de apoyarlo: compraron el equipo que necesitaba para los entrenamientos, cubrían viajes de competencias y, por supuesto, cumplían con su manutención lejos de casa.

El triatleta se sentía agradecido y comprometido a dar todo.

“Gracias a Dios nunca me han faltado nada; mis papás siempre han tenido esa disposición de apoyarme. Si necesito algo obtienen el presupuesto para comprármelo. En eso sí estoy demasiado agradecido porque si no fuera por ellos, sería muy difícil comprarme todo el equipo, sobre todo la bicicleta que es muy cara; estar cambiando de tenis, de ropa, todo por el desgaste. Los viajes también. En un principio sí tenían que pagarlos, ahorita ya no. Cuando eres parte de la selección nacional pues te pagan los viajes. Mi familia me pidió que hiciera lo que me gusta, que aprovechara el tiempo al máximo, porque me están dando todo y yo también tengo que responder”.

En ocasiones su disciplina tambaleaba por los malabares que hacía entre sus estudios, la vida con sus amigos y el entrenamiento, esto ocasionó que no fuera convocado en algunos eventos, esto significo un replanteamiento de la situación del triatleta, por lo que tuvo que hacer cambios.

“Cuando no me convocaron al Mundial Juvenil Cozumel, en 2016, pues sí pensé: yo quiero estar ahí. Y por andar de indisciplinado, no se me dio. Después, en otra ocasión, no me convocaron al Mundial de Suecia, entonces tuve que hacer ajustes para no bajar mi rendimiento. Ese fue un momento decisivo porque no quería que esto volviera a pasar, quería que me convocaran a esos mundiales. Así que cambié el switch, me puse las pilas y trabajé para que la Federación Mexicana de Triatlón se fijara en mi desempeño.”

Aram no sólo consiguió mantener su responsabilidad deportiva, también sacó adelante sus estudios, ya que pudo combinar muy bien sus clases y los entrenamientos. Pero esta situación cambió cuando comenzó a estudiar psicología en la universidad. Los horarios de la escuela le exigían más tiempo y quedaba poco espacio para entrenar. La pandemia por COVID 19 logró darle un respiro y meditar a qué le dedicaría más tiempo: a la carrera o al deporte. Aram tenía claro su objetivo y dejó la universidad para dedicarse al triatlón de tiempo completo.

Sus rutinas de entrenamiento se incrementaron, para desarrollar una mejor condición que le permitiera obtener buenos resultados al competir.

“Normalmente tenemos dos sesiones de entrenamiento. La primera es a las seis o siete de la mañana y terminamos como a las diez. Después un desayuno y la siesta de una o dos horas es obligatoria entre sesiones. Luego regresamos para nadar a las dos de la tarde, hacemos la segunda y tercera sesión. Después de eso regresamos a comer o tenemos que ir a masaje o con la nutrióloga y ya a descansar. Así es mi día a día.”

Triatleta de alto rendimiento en competencia

En la preparación para la competencia hay un trabajo en conjunto entre su entrenador Luis Miguel Chávez y sus compañeros Crisanto Grajales, Cecilia Pérez y Rosa María Tapia, con los que ha participado en triatlón en la categoría de relevos.

“En la prueba individual, los que llevan los mejores resultados, los primeros dos hombres y las dos mujeres son los que integran el primer relevo y de acuerdo a tus cualidades de mejor nadador o mejor ciclista es el orden del relevo en el que nos colocan, porque abre un hombre y luego sigue una mujer, después un hombre y al final una mujer. Al primer hombre que inicia la competencia le toca ir con todo, porque tiene que asegurar el relevo. Es un trabajo en equipo. Debemos estar conscientes de qué tanto podemos avanzar como atletas con Crisanto, con Rosa y con Ceci”.

“Hay que tener en cuenta que las transiciones, son las partes claves de los triatlones, porque son más cortas. Yo creo que esas partes que son súper rápidas, el momento del traslado en el triatlón, si influye demasiado.”

El desempeño de Peñaflor con un plan bien ejecutado, lo ha llevado a obtener varios reconocimientos y primeros lugares en diversos eventos.

“Yo creo que, al momento de competir, mi punto clave de competencia y en el cual se definen muchas cosas, es la natación. Porque si sales bien nadando puedes tener un muy buen resultado; pero si pierdes, al grupo que va en la delantera, por muy buen ciclista que seas, será muy difícil alcanzarlo. Para mi un punto clave es saber ubicarme bien, saber en dónde estoy, porque si pierdes la relación de tu entorno, del competidor que tienes al lado, pierdes segundos”.

Como atletas de alto rendimiento, los triatletas deben estar listos para cumplir con las fechas de competencia; así que deben organizar bien sus entrenamientos cuando los tiempos entre las contiendas son muy cortos, por eso realizan campamento de pretemporadas, que les ayuda a no perder su condición.

“En el triatlón, como hay tantos eventos en el mundo, nos preparamos dos semanas; pueden ser tres. Incluso puede que sea la siguiente semana, entonces todo el tiempo está cambiando, por eso hacemos una pretemporada”.

“Entrenamos la mayor cantidad de kilómetros para que al final, en el resto de la temporada tengamos ese aire. Entre semana o entre competencias aumentamos la intensidad y procuramos que no sea tanto volumen. Entonces, la fórmula que utilizamos es a principio del año meterle con todo para que el resto del año tengamos aire para las competencias”.

No todo es preparación física

Su desempeño deportivo también se apoya de otras áreas que complementan el desarrollo su físico y psicológico . Cuando los triatletas comienzan de manera profesional su preparación, incluyen un programa de nutrición con especialistas y una asesoría psicológica, para desarrollar una buena tolerancia a la frustración y sobrellevar la presión cuando tienen los ojos de un país observando su participación en competencias internacionales.

“Yo si tengo mi psicólogo, creo que todo atleta lo necesita. Estoy en constante comunicación con él antes de una competencia o de un campamento, porque son entrenamientos muy duros y debes estar preparado para aguantar.”

“Mi entrenador y muchas personas me han dicho que soy muy tolerante a la frustración; he tenido muchos errores. Conozco a muchos atletas que no toleran que les vaya mal. Y al final de cuentas terminan por dejarlo”.

“Trabajo con el psicólogo y con mis compañeros. He podido salir y aprendí que soy una persona que nunca ha fallado en el entrenamiento; o sea, siempre soy constante. Las personas que me ven entrenar pueden pensar que voy a tener éxito en la competencia y a la mera hora me va mal. Entonces trato de aprender de esa experiencia y salgo adelante”.

Oro para Peñaflor en los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023

El miércoles 5 de julio la noticia llegó por medio de las redes sociales. Aram Peñaflor había ganado la medalla de oro en la prueba de triatlón individual en los JCC en San Salvador, con un tiempo de 1:44:51 siendo la plata su compañero Crisanto Grajales.

Dos días después el Equipo de México ganó la medalla de oro en los Relevos Mixtos, con Rosa María Tapia, Cecilia Pérez, Crisanto Grajales y Aram Peñaflor.

“Fue una experiencia diferente. Se percibió un ambiente muy padre, relajado, porque todos son países latinos, entonces no hay tanta tensión como en una serie del mundo donde nadie se habla, todos están serios. En los Juegos Centroamericanos todos son más cálidos. La verdad si lo disfruté mucho”.

En esos Juegos, Aram tuvo la oportunidad de ver su primer entrenador de triatlón: Carlos Rodríguez López, que acompañaba a la selección cubana. Habían pasado 10 años desde que Aram adolescente había entrenado con él y ganado su primera medalla en una Olimpiada Nacional. Ahora Rodríguez lo veía triunfar en los Centroamericanos.

“Me felicitó y me dijo que estaba muy orgulloso de mí”, recuerda Aram.

Antes de llegar a la competencia hay un trabajo previo del entrenador y los atletas, donde hacen un reconocimiento del lugar.

“En cada competencia que hacemos es obligatorio hacer un reconocimiento del lugar; siempre lo hacemos un día un día antes de la competencia. Vamos a conocer el circuito de natación y ciclismo, por eso es importante llegar unos días antes. Hay una junta previa en la que te explican los detalles importantes del circuito, los horarios, si hay transporte, toda la logística”.

Después del éxito en los Centroamericanos, ¿qué sigue?

Aram Peñaflor tiene un objetivo claro: llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024.

“Quiero hacer historia en el deporte, porque nunca se ha obtenido una medalla olímpica en triatlón. Entonces yo quisiera ser el primero en obtenerla”.

En sus planes está regresar a la universidad y estudiar ciencias del deporte o cultura física. El triatlón le ha brindado grandes enseñanzas en el ámbito deportivo y también le ha dado la oportunidad de compartir con Rosa María Tapia, su novia, la pasión por este deporte.

“A Rosita la conozco desde hace 6 años, siempre hemos estado en este ambiente del triatlón. Ella se vino a entrenar a Guadalajara, nos llevamos muy bien y surgió el amor entre nosotros. Lo que me gusta es que nos empujamos el uno al otro, cada uno se exige de una manera y hace que el otro también se exija”.

El nombre de Aram Michell Peñaflor Moysen está muy cerca de integrarse en la lista de triatletas que representen a nuestro país en los Juego Olímpicos de París 2024, un lugar que se ha ganado con persistencia y entrega.

Por Sonia Yáñez para: www.asdeporte.com

Fuentes:
Entrevista de Aram Michell Peñaflor Moysen para Asdeporte, 10 de julio de 2023.
Nota, México arrasa en debut de triatlón, logran tres oros en San Salvador 2023, CONADE